El video electoral difundido por Unidas Podemos, en el que se proyectan imágenes de destacados comunicadores y que se cierra con el mensaje: “ellos ya han hablado, el 4 de mayo que hable la mayoría”, ha indignado, con razón, a las asociaciones profesionales. UP no puede, permanentemente, levantar el índice acusador para señalar a los periodistas que no comulgan con sus ideas, que realizan una tarea crítica con sus actos, que se expresan libremente, sin ataduras. Desde su aparición en la escena política Podemos ha tenido una clara fijación con comunicadores y medios de comunicación. No es la primera ni la única vez que el líder morado habla de su deseo de controlar a la prensa.

El presidente de la Asociación de Periodistas de España, Nemesio Rodríguez, lo considera “un intento de callar a los periodistas”, es decir “de impedir que hablen con la plena libertad que nos garantiza la Constitución”. A lo que dice y escribe un periodista, esta gente lo considera, sin más miramientos, ‘incitación al odio’, lo que hacen y dicen ellos, alentando a la violencia, a tomar la calle, justificando la intimidación, es lo correcto, lo aconsejable. Iglesias no se rinde, continua su batalla diaria contra los medios de comunicación, en un intento, no sé si vano, de dar carta de naturaleza a las críticas y los insultos a la prensa.

La Asociación de la Prensa de Madrid, y alguna que otra asociación, no se ha andado con rodeos, saliendo a la palestra para dar cumplida contestación a estos ataques absurdos. Su presidente ha rechazado la utilización, “con fines intimidatorios” de la imagen de periodistas. Nunca, partido político alguno de ámbito nacional, había atacado tan directamente a la prensa, urdiendo invenciones, falsedades, mentiras tendentes a deteriorar su imagen y poner en duda el buen trabajo de los periodistas que luchan contra las mentiras que, precisamente, parten del lado de los políticos.

La libertad de prensa está en juego. España no es la Cuba de Castro, la Venezuela de Maduro, el Brasil de Bolsonaro, o la Rusia de Stalin. Lo increíble es que haya quienes se creen a pies juntillas lo que dicen los morados, apoyándoles, aplaudiéndoles y votándoles. A Iglesias y sus huestes no les basta con arremeter contra la derecha, ahora tiene su objetivo puesto en los medios de comunicación y en los periodistas más valientes, aquellos capaces de cantarle las verdades del barquero, con argumentos y con razón.

Atacar a los pequeños y grandes comunicadores para pedir el voto a Iglesias no es el camino. Mientras Iglesias sigue empecinado, la prensa seguirá respondiendo al hostigamiento con informaciones veraces y contrastadas.