La tienen tomada con el Jefe del Estdo, el Rey don Felipe, y cada dos por tres le están atizando de una manera tan rastrera y vil que incitan al odio y a la violencia contra la figura del monarca. Me rebelo. Ahora ha sido un concejal de Zaragoza en Común, miembro destacado del PCE e Izquierda Unida en el Ayuntamiento de la capital aragonesa el que ha publicado en Twitter un comentario contra don Felipe que concluye con esta frase: “¡obrero despedido, monarca colgado!”. Que puñetera manía de quemarlo vivo, guillotinarlo o colgarlo directamente de un árbol, de una viga o vaya usted a saber qué es lo que en realidad pasa por la mente retorcida de los que así se manifiestan.

El comentario de este tipo surgió a raíz de una información falsa publicada en el portal digital La última Hora, en la que se aseguraba que Casa Real pidió que se despidiera a los dos trabajadores de TVE encargados de un controvertido rótulo que se emitió cuando se informaba sobre los futuros estudios de la heredera en Gales. El tipo este no se anduvo con rodeos, crucificó de inmediato al monarca sin encomendarse, a Dios, desde luego que no, en todo caso al diablo que siempre juega a enredar.

Obviamente la oposición en el Ayuntamiento de Zaragoza ha calificado de “impropio” e “inaceptable” el comentario. No es para menos. Lo que no entiendo es por qué Twitter no impide este tipo de comentarios. Por qué Twitter no afina más. Si eso se lo hacen a un ínclito miembro de los partidos que sustentan a este tipo, además de tangana callejera, ya habrían exigido responsabilidades a este servicio de microblogueo. Esto es así. A la izquierda radical, ni tocarla. A los demás, se les quema, se les cuelga boca abajo o directamente se les guillotina.

Personajes así, faltones y sin modales, no deberían estar en política. Y eso va para todos a izquierda y derecha. Los maleducados al zoco. Los verdaderos demócratas deben diferenciarse cada día más de semejante caterva. Si en lo afirmado por el susodicho no hay una fuerte dosis de odio y violencia, que baje Dios y lo vea. Lo tremendo del caso es que de los grupos del Ayuntamiento zaragozano, sólo PP y Ciudadanos han condenado el hecho, El PSOE, y no sé si hay alguno más, no han dicho esta boca es mía.

Tanta falta de respeto institucional da mucho que pensar. Las confrontaciones, los agravios gratuitos y las provocaciones sobran. A los creadores de conflictos habría que ponerles de inmediato fuera de juego. Hay que legislar al respecto.