¿Quién ha dicho esas historias, que el Mozo este año no sale? / Si antes de las vacaciones el Mozo no está en la calle / desde la margen izquierda a la Catedral no sale. / No cruza el Puente de Piedra como hacía por la tarde / desde el barrio de San Frontis, pues no le acompaña nadie. / En furgoneta lo llevan porque aquí no hay que arredrarse, / y aunque no se cargue al hombro ¡ya está el Mozo con su Madre!

Como el Mozo, Nazareno de San Frontis que es su barrio / vuelven en esta semana mozo y mozas emigrados / a la vera de su madre, de su padre y sus hermanos. / Con PCR negativa, y aunque con menos abrazos / y mascarilla en la mesa, ¡ya los tenemos al lado!

¿Quién ha dicho esas historias, que el Barandales no sale? / Si en Zamora todo el año su imagen está en la calle / pues como una flecha Flecha lo modeló, y bien se sabe / que es reclamo de turistas que vienen a visitarle. / A la puerta del Museo que además este año abre / sus puertas de par en par, para entrar desde la calle / con libertad e hidrogeles y las distancias que saben. / Y poder ver esos pasos que aunque este año no salen / en las salas del Museo se nos muestran admirables.

Y en la ciudad de Zamora se escuchan “dale que dale” / las campanillas que anuncian que son fiestas en la calle. / Y con ellas las almendras garrapiñadas que saben / a viernes por la mañana de manos de los cofrades. / Y que huelen a aceitadas tan enormes que no caben / en las manos de los niños ni en la boca de los grandes. / Y que es fiesta en cada casa, aunque más de uno nos falte. / Y que nos encontraremos, en la calle y en los bares. / De cuatro en cuatro, a distancia, ¡la alegría es lo que vale!

¿Quién ha dicho esas historias que la procesión no sale? / Si en los templos, o a sus puertas, o en los atrios, (no en la calle), / los Cristos, Vírgenes, pasos... de la Pasión las imágenes / que otros años se admiraban con el movimiento y baile / de cargadores de pasos que este año no baila nadie / al menos podremos verlos, y si hay devoción rezarles.

Y extrañar como otros años a quienes se fueron antes: / a los que ya no acompañan los pasos como cofrades; / a los que desde la acera eran hermanos de calle; / a los que se han ido este año solos en los hospitales. / A los que en ellos trabajan porque puedan olvidarse / las procesiones que dentro de los corazones nacen.

Y extrañar como otros años a quienes se fueron antes: / a los que ya no acompañan los pasos como cofrades; / a los que desde la acera eran hermanos de calle; / a los que se han ido este año solos en los hospitales

¿Quién ha dicho esas historias que el Cristo este año no sale? Si como dice el poema, se encuentra en los hospitales. / En el trabajo del hombre y de la mujer que saben / que Cristo era Dios, pero hombre es lo que le hizo admirable. / Porque estuvo con los pobres, con los que sufren, los que hacen / con sus manos un milagro de peces que se comparten, / de panes que, compartidos, son los que quitan el hambre.

Y aunque los pasos de Cristo no se bailen en las calles, / hombres y mujeres buenos siguen su paso adelante. / Sin ser dioses, solo hombres y mujeres admirables: / esos que luchan un día y son buenos, respetables. / Los que luchan una vida sin rendirse, insuperables. / A los que insultan si dicen que la igualdad es la que hace / el mundo mejor, más justo: el que tú nos predicaste.

¿Quién ha dicho esas historias que las Vírgenes no salen? / Si la mujer es cuidado dentro de los de los hospitales. / La que en tiempo de pandemia ha sabido duplicarse / para llevar la “Esperanza” cual Vírgen que es “Nuestra Madre” / consolando a los que sufren y en la “Soledad” se evaden. / Cual “Verónicas” con trapos, limpian el sudor que cae / de quien por sus poros suda lo que son gotas de sangre. / Mujeres que en estos tiempos, todas son madres coraje

¿Quién ha dicho esas historias si la luna siempre sale? / Si las flores de las varas de la Resurrección nacen, / y aunque no adornen los pasos se las huele por el aire / donde este año de nuevo con el virus se comparten. / Y por ello caperuces típicos de los cofrades, este año son mascarillas que nos protegen del aire.

Y comienzan los compases a sonar de romerías / que salgan o no los Cristos nos llevan a la alegría / de seguir vivos luchando –nadie aquí se rendiría- / contra el virus de pandemia y contra el de la injusticia. / Catorce abriles se acercan y mayos de valentía. / No venceremos la muerte, mas resucita la vida: / hay primavera en el alma y en la vida hay alegría. / Aunque os echamos de menos / y nos cuesta la sonrisa.