Sólo uno más de los daños colaterales derivados de la pandemia ha sido el brusco descenso de los servicios ferroviarios, como consecuencia de las lógicas restricciones de movilidad que han debido establecerse. Como sabemos, los desplazamientos han de producirse únicamente en caso de ser necesarios (por cuestiones de trabajo, salud, etc..) siempre con las debidas precauciones y siguiendo todas las recomendaciones y normas de expertos y autoridades. Por el momento, tendremos que esperar a poder alcanzar esa tan ansiada normalidad, con la que por fin se podrán disfrutar esos viajes y actividades de ocio que tanto anhelamos y hasta necesitamos.

Desde la Asociación Ferroviaria Zamorana nos gustaría aportar nuestro modesto análisis sobre un tema que afortunadamente parece interesar tanto en el ámbito político como en el social, económico y mediático, respecto al debate abierto sobre la supresión sine die del “tren madrugador”.

Cabe recordar que el 17 de diciembre 2015 se ponen en marcha los primeros servicios por vía de alta velocidad entre Zamora y Madrid; desde ese mismo momento toda la sociedad zamorana reclamaba un servicio vespertino adecuado y real, con las necesidades de horario de ida y regreso a Madrid. Esto se consigue casi dos años y medio después, el 7 de mayo de 2018, por lo que el funcionamiento normal de dicho servicio no ha llegado a los dos años de duración por los motivos obvios que todos conocemos.

A partir de aquí, creemos que el análisis que se debe hacer sobre este corto período de tiempo ha de ser un poco más sosegado que el que política y mediáticamente se ha hecho. En primer lugar, los zamoranos desconocemos un dato fundamental para hacer una reflexión más allá de la percepción o interés que cada uno tenemos sobre el tema, ¿Cuántos zamoranos hemos utilizado el tren madrugador? ¿Es una mayoría de estudiantes, de trabajadores o profesionales, de turistas? Creemos que este debería ser el primer estudio necesario antes de aventurarnos con pronósticos mucho más elevados, y relacionarlo con otros temas tan críticos para nuestra provincia, como es el de la despoblación. No dudamos que nuestros políticos tengan esos datos y que los hayan analizado, pero sería importante trasladarlo a todos los zamoranos.

En este sentido, los únicos datos que nuestra Asociación ha podido obtener, han sido del segundo semestre de 2018, y con resultados de una media de 66 viajeros al día por cada sentido, con lo cual sería un atrevimiento por nuestra parte y sin más datos sacar conclusiones definitivas, salvo la obvia de no quedarse atrás en la reivindicación, para que el servicio se reponga en cuanto sea posible. Técnicamente sería viable, pues hay material disponible, siendo necesario tan sólo ajustar los horarios.

Por otra parte hay que tener en cuenta, que otros servicios públicos como el autobús también ha visto notablemente reducidas sus frecuencias con la capital de España, (actualmente un único servicio diario a las 8 de la mañana, y dos servicios viernes y domingos). El debate creemos que debe tener en cuenta todos estos aspectos, analizarlos desde un prisma de seriedad más allá de refriegas políticas, y con la participación de todos: usuarios, empresarios, sindicatos…

Por otra parte, poner de relieve que Zamora esté ubicada en un lugar de paso entre Galicia y Madrid puede ser importante, aunque sería un grave error renunciar al análisis de lo que podríamos llegar a ser, si a lo radial añadimos lo transversal, lo regional y hasta lo local, ya que a buen seguro si se tuviese en cuenta, tendríamos opciones tangibles de fijar población.

Hablar de comunicaciones transversales a estas alturas, parece que es de un pasado anticuado, o hasta romántico, como si se tuviera la obligación de defender un discurso único y radial como si lo demás no existiese... Hoy en día casi asusta nombrar términos como “Vía de la Plata” o “Puebla de Sanabria-Valladolid”.

Cualquier ferrocarril actual es moderno, rápido, ecológico, lo mismo que cualquier tren que circule por un trazado sensato (olvidemos de una vez trazados del siglo XIX) alcanza velocidades de hasta 200 km/hora, velocidad más que razonable para un medio de transporte terrestre.

Los estudios de viabilidad, están hechos aunque no actualizados; uno de los más importantes y actuales es el que realizaron las Cámaras de Comercio en 2009 para la reapertura de la Vía de la Plata en el “Manifiesto de Salamanca”; queda más que patente la necesidad de revisarlo y actualizarlo...

Zamora esté ubicada en un lugar de paso entre Galicia y Madrid puede ser importante, aunque sería un grave error renunciar al análisis de lo que podríamos llegar a ser, si a lo radial añadimos lo transversal, lo regional y hasta lo local

Entre otras cuestiones, se sabe que la alta velocidad quintuplica el coste de kilómetrosconvencional, y sin embargo por esta última es posible la circulación de trenes de viajeros y mercancías. Algo que en Zamora también se ha perdido hace tiempo y que no ha parecido causar reacción en nuestra sociedad, sin que tal vez seamos conscientes de las ventajas que el tráfico ferroviario de mercancías tendría en los nuevos e ilusionantes proyectos industriales que tiene la provincia. Y por supuesto, imposible obviar las posibilidades de fijar población en el mundo rural, con una comunicación moderna con Zamora.

Y es que, nuestra provincia necesita más que nunca del tren, pero sobre todo de ese tren que vertebra, que comunica y da servicio también a los pueblos. Vemos aquí una oportunidad que podría cambiar el destino de muchas zonas desfavorecidas de nuestra provincia, y a un coste muy reducido.

Por ese motivo, unos servicios ferroviarios adecuados prestados poniendo también en el punto de mira sobre la red convencional, sí podrían ser un arma eficaz contra esa despoblación que nos acucia, al menos para varias comarcas de Zamora. Y sobre nuestro propio progreso, tal vez sea más correcto tratar de generar empleo y riqueza aquí, que tener que buscarlo lejos, por muchas facilidades que nos pongan para desplazarnos, consolidando a Zamora como mera ciudad dormitorio.

Parece por eso mismo bastante complicado probar que la alta velocidad pudiera ser cauce para atraer empleo, empresas, industria...

Algo así se pensó de las autopistas y, sin embargo, 15 años después de la conexión con Valladolid, 10 años de la unión con Salamanca, 5 con Benavente, y otros tantos con una línea ferroviaria de alta velocidad con Madrid, no han parecido mejorar la perspectiva laboral de la capital.

Muchas ciudades de España tienen núcleos de Cercanías por la razón contraria: primero se crearon industrias e infraestructuras para su puesta en marcha, lo cual sí fija población, y es la población y la riqueza la que trae consigo servicios de transporte público.

Estamos viendo este último año, el avance de 2 industrias que podrían en buena medida paliar este problema (Zamora a nivel provincial, curiosamente en el extremo alejado de la capital): Latem Aluminio en Villabrázaro, y el inicio de los trámites para la construcción de una biorrefinería en Barcial del Barco. Confiamos en que estas industrias lleguen a buen puerto, porque en todo caso, sería perfectamente posible que fuesen éstas empresas las que consiguiesen el F.C. para la zona de Benavente y no al revés, como se plantea en la capital.

Ver enlace: https://www.vialibre-ffe.com/PDF/tren_ruta_de_la_plata.pdf