La libertad objetiva tiene su establecimiento en la Constitución, mediante el Estado de Derecho y la división de poderes. Es evidente que, el Estado de Derecho deber estar basado en el imperio de la Ley. Ahora bien, el gobierno de la Ley es imposible. Las leyes tienen que ser dictadas, ejecutadas y judicialmente aplicadas. La legislación y el gobierno de la nación estuviesen en las mismas manos durante el Antiguo Régimen, condujo al despotismo monárquico, o al despotismo popular, en el caso de que el titular del poder legislativo o también el ejecutivo. Para ello Montesquieu inspiró la división de poderes, entre el ejecutivo, el legislativo y el judicial, del que saldrían aseguradas todas las libertades públicas.

Montesquieu, al abrir una vía de acceso a la política desde una actitud ético-personal, moraliza al Estado mediante la división de poderes, para evitar su, inmoralidad, es decir, el despotismo. Pero lo interesante del planteamiento de Montesquieu son las razones que le llevan a esa teoría. El sostenía que es una experiencia constante que toda persona que toda persona que posee poder tienen a abusar de él, y que esto último es, precisamente, lo que hay que impedir. Se trata de la afirmación y defensa de la libertad del individuo.

Montesquieu llevado de su visión realista de las cosas, pensaba que la tendencia del abuso de Poder, por parte del gobernante, es la renuncia a la lucha por la libertad por parte de los gobernados. Teniendo en cuenta la debilidad humana, no se contenta con predicar, éticamente, el ejercicio de la libertad en la realidad jurídico-política, es decir, su institucionalización. El motivo inicial es ético-político, la defensa del ámbito de libertad que compete a cada ciudadano, pero no olvida el plano jurídico político, para buscar las garantías, las buscar instituciones legales que aseguren ese ámbito de libertad subjetiva.

La Ética en el comportamiento de los políticos nos lleva al tema de la legitimidad democrática, considerando como fundamental por muchos especialistas en Derecho Político. Surge entonces la clave de que el poder solo es legítimo cuando procede de la autoridad del pueblo y está basado en su consentimiento. Pero hay que subrayar que el consentimiento popular no es suficiente por sí solo para calificar a un sistema político de democrático. Algunos autores ponen incluso en duda que la legitimidad puede descansar en dos pilares: mayoría y minoría. La esencia de la democracia no podría circunscribirse tampoco a un gobierno de mayoría, que no asegurase los derechos de las minorías en un juego difícil de equilibrios, pero que habría siempre que tratar de asegurar por encima de todo.

Se habla bastante de reformar la Constitución, y no falta razón para ello, no estamos en este momento en 1975 después de la muerte de Franco y se hizo una Constitución a la medida de las necesidades y aceptación que permitían los poderes fácticos de entonces. Pero con el nivel de enfrentamiento y división que se encuentra hoy la sociedad sería impensable emprender dicha reforma, eso sí podría ser posible ya que todos los Partidos Políticos dicen querer en modificar el sistema de listas cerradas por listas abiertas no es suficiente, si no va acompañado de un cambio de la legislación electoral ya que el sistema D´Hont prima excesivamente al partido mayoritario en perjuicio del resto.

Se afirma que se trató de esa forma de defender la gobernabilidad del país y huir de los excesos del parlamentarismo del pasado. Pero la verdad es que el actual sistema de elección falsea la realidad política del país. Prima demasiado a quien gana, y penaliza a las restantes fuerzas políticas, cuyo peso en millones de votos no es nada despreciable. Es posible que el sistema D´Hont facilite mayorías, pero no facilita una representación real del país en el Parlamento, ni la defensa, por igual, de forma proporcional, de los grandes intereses sociales. Y también podría promoverse un cambio del Senado inclusive suprimirlo. “No podemos dejar de aspirar a vivir con dignidad, seguridad y libertad, conceptos que trascienden culturas y continentes.”