Castilla y león, llego a tener cerca de 500 explotaciones mineras, ocupaba más de cuatro mil trabajadores, con un volumen de negocio próximo a 400 millones de euros, un 73,5 % canteras; 20,9 % roca ornamental; 3,3 % minerales industriales; 2,1 % energéticos, solo 0,2 % minería metálica y 26 explotaciones de aguas minerales y termales, y fue un tercio de la pizarra española que alcanzo el 90% del mercado mundial.

Su importancia estratégica era y es clave al ser recursos endógenos capaces de dinamizar y fijar población en el medio rural.

Zamora es la tercera provincia de la región en número de minas o indicios de minerales metálicos inventariados, 275: 95 de estaño y wolframio (con o sin niobio y tantalio), 128 de hierro-manganeso, 20 de oro, 6 de cobre, 7 de antimonio (con bismuto y oro), y 19 de plomo y zinc (con plata y cadmio), llegó a 300 empleos en las 52 explotaciones, siendo la extracción de arena y grava la principal con 40 explotaciones y 130 empleos, también destacaron Sayago y Sanabria en granitos y gneises y dos explotaciones con 100 empleos en pizarra.

En el verano del 2001, como consejero de Industria y Minas, conocí la carencia de profesionales especializados en la pizarra y para paliarla, construimos una escuela de especialistas en un pueblito alistano. A los alumnos se les pagaba por la formación y se les indemnizaba con una dieta que cubría desplazamiento y manutención y, además, y esto era lo más interesante, los empresarios se habían comprometido a dar un puesto de trabajo a todos los alumnos, mejor y más remunerado que el que tenían previamente precisamente por la formación recibida pensamos tener muchas solicitudes, pero hubo una docena. Poco a poco fue creciendo, pero en la primavera de 2003, perdió calidad la pizarra, se suspendió la explotación y a los treinta trabajadores, se les ofreció ir a trabajar a León con transporte gratuito desde el pueblo, solo uno acepto.

En minerales metálicos Zamora aparece como un entorno favorable al formar parte del Macizo Hercínico Ibérico, importante en wolframio, explotado en la primera mitad del siglo XX con pequeñas minas en Aliste y Alba, del que la región llego a suponer el 90% nacional el núcleo “Sinforme” de Alcañices con depósitos de hierro-manganeso de tipo exhalativo o “sedex”, explotados artesanalmente en el siglo XIX para abastecer de manganeso a la industria de baterías eléctricas y de pinturas y que causo últimamente problemas en el abastecimiento de agua, también se explotó el caolín y sus subproductos como bentonita, arcilla de cocción blanca, arena silícea y mica para diversas aplicaciones.

Los yacimientos de arsénico-antimonio (bismuto-oro) más importantes están en el borde oeste, provincias de León, Zamora y Salamanca. En Hermisende-La Tejera hay filones de cuarzo explotados para el oro y arsénico de la industria química, en Pino del Oro hay una interesante mineralización ya explotada por los romanos, pero aun, no se ha obtenido una continuidad para explotación actual y en Losacio también se investigó la mineralización de oro, rico en plomo argentífero y antimonio.

Hoy, al menos, dos “nuevos minerales” abren futuro: el coltán para teléfonos móviles y el litio para baterías de los coches eléctricos.

En España hay 24 millones de coches, 16 millones duermen en la calle imposibles de cargar, se necesitarían 1.300.000 puntos de recarga, hay 8.000, y 13.000 gasolineras; Una carga normal dura 8 horas, un rápida requiere 450Kv fuera del alcance “normal”. En 2019 la venta de coches cae un 5%, un 28% el diésel y en 2020 un 32%, arriesgando la primera industria del país por ignorancia técnica y patosería política al excomulgar al Diesel, sin preparar alternativa, cuando un diésel Euro 5 produce menos de 120g/km; 320 veces menos para igual recorrido que un avioncito “Falcon” y en Portugal se venden doble de coches eléctricos por no tener IVA.

En 2019, la Unión Europea, desarrolla el llamado “Airbus de las baterías”, agrupación europea para fabricar baterías para coches eléctricos con Francia Alemania, Italia, Polonia y Bélgica, sin España, a pesar de su potente industria auxiliar del automóvil.

Hoy en todas partes se afanan por descubrir coltán y litio, pues en todo caso harán fala miles de millones de baterías.

Unos kilómetros al sur en Badajoz, la iniciativa privada está construyendo la primera fábrica de baterías de ion litio de España en la Plataforma Logística Del Suroeste Europeo, un polígono industrial de más de 600.000 metros cuadrados por la cercanía a las minas de litio en Cañaveral (Cáceres).

Y unos Kilómetros al norte, en Pontevedra, también por iniciativa privada, una pequeña empresa ha superado el corte europeo y está en el segundo Proyecto Importante de Interés Común Europeo (IPCEI), iniciativa, “Innovación Europea en Baterías” que, apuesta por la soberanía industrial en baterías para automoción y almacenamiento ante la pujanza asiática. ¿Habrá coltán y sobre todo litio en Castilla y León y en Zamora?

¿Por qué hoy, en medio de esta tremenda crisis dramática en toda la región y trágica en Zamora, no se investiga toda esa posible riqueza de forma técnicamente rigurosa y en su caso se planifica realizarla con tecnología avanzada sin generar el más mínimo impacto ambiental, ni alterar la calidad de vida humana de su entorno, en colaboración y consenso publico/privado con universidades, centros tecnológicos…? para lo que, incluso, habría fondos europeos de “Next Generation”.

¿Por qué no se hace? Diría, a riesgo de chorreo que, por una mezcla de pasividad e irracional oposición de esas nuevas sectas políticas, cuasi religiosas, que, habiendo perdido clientes en sus habituales caladeros ideológicos, de clase…Los quieren pescar desesperada y demagógicamente en nuevos caladeros de identidad, genero, pseudo ecológicos… para lo que no dudan en dictar nuevos pecados: Toda mina, pecado mortal y si es de uranio: Excomunión.

Castilla y León y Zamora deben comprender que su futuro pasa, entre otras actuaciones, por desarrollar sectores en los que tienen posibilidades competitivas, basadas no ya en bajos costes laborales, sino en su actual oportunidad, para no ser nunca más colonia tecnológica, lo que ocurre ya en sectores, como felizmente ocurre, entre otras, en la industria agroalimentaria.

Desarrollando de forma tecnológicamente avanzada y medioambientalmente impecable, su industria minera en los ámbitos hoy más prometedores, lejos de la irracionalidad neandertal y sectaria y superando la pasividad, con lo que conseguiría, no solo enviar una señal de optimismo, hoy imprescindible, sino mostrar que se pueden tomar iniciativas y realizar acciones con posibilidades reales de un mejor futuro.