Zamora merece un futuro y merece que se actúe ya. Así lo dicen los datos de población, que sitúan la ciudad como la capital de provincia que más habitantes ha perdido en el último padrón; pero también los datos del paro y esta dramática pandemia que asola aun más la ciudad y empeora las cifras. No sabemos cómo saldrá Zamora de esta crisis ni cuántos negocios, además de vidas, se perderán por el camino debido a esta tragedia económica y social que está haciendo estragos en muchas familias.

Es verdad que el drama diario de fallecimientos y contagios por Covid-19 que estamos viviendo en nuestras propias carnes lo tapa todo, pero no nos podemos olvidar del futuro de la ciudad, de lo que quedará después y de los trenes que no se pueden perder.

Anuncia a bombo y platillo el alcalde de Zamora que la Comisión Territorial de Patrimonio tiene previsto estudiar cuatro obras que se pretenden realizar en la ciudad: la obra para hacer accesible el edificio del Ayuntamiento de Zamora a través de una nueva edificación en la parte trasera, en cuyo socavón, por cierto, se acumula agua y basura; la remodelación del Puente de Piedra, la rehabilitación del Mercado de Abastos y el ajardinamiento de la zona de la muralla en la avenida de la Feria, el anuncio estrella de Guarido en plena pandemia.

Se trata de la rehabilitación de un monumento, la adaptación del Mercado de Abastos a los nuevos tiempos, el cumplimiento de la ley en materia de accesibilidad en la Casa de las Panaderas y la mejora de la imagen en torno a la muralla medieval de la ciudad.

Mucha estética, mucha foto e imagen bella de la ciudad. Es la apuesta del alcalde. Lo que viene siendo mucho postureo y anuncios grandilocuentes para protagonizar titulares y salir en la foto. Guarido habla de cantidades millonarias para embellecer y limpiar la cara de monumentos, mientras la ciudad se sigue muriendo.

Eso sí, al alcalde le quedará un espacio para pasear junto a la muralla si realmente ejecuta estas obras, lo que parece difícil en este mandato, y no se le atragantan como las del Banco de España, que será necesario licitar por tercera vez sin que se haya avanzado nada en el futuro cuartel de la Policía Municipal.

Muralla arriba, muralla abajo por la avenida de la Feria; Santa Clara arriba, Santa Clara abajo. ¿Quién quedará en Zamora para pasear si no se ofrecen otras alternativas a los zamoranos en este futuro negro que ya se vislumbra que dejará la pandemia?

Considero que el de la muralla es un proyecto ambicioso. Son 9,7 millones de euros en total entre expropiaciones, derribos, urbanización y ajardinamiento. Todo lo que se haga en la ciudad para embellecerla nos parece positivo, pero los derribos para despejar la muralla de edificaciones no nos parecen actuaciones prioritarias en estos momentos.

La ciudad necesita un cambio de rumbo, proyectos que vayan más allá de la obra, de la mejora de la estética de la ciudad. Hay que tratar de captar inversiones, plantear proyectos que supongan asentamiento de empresas o creación de empleo y no solo durante la ejecución de las obras, cuando además la adjudicación de muchas de ellas recae en empresas de fuera.

Necesita Zamora también que se vele por la continuidad de los negocios existentes, no solo con ayudas directas, sino también con una reducción de impuestos a la que el equipo de Gobierno se ha negado por activa y por pasiva, aunque creemos que es la mejor manera que tiene un ayuntamiento de contribuir a ayudar a los negocios locales, mantener el empleo y dejar el dinero en el bolsillo de los ciudadanos.

Entre las obras están el Mercado de Abastos, con unos 4 millones de euros, y la actuación en el Puente de Piedra, con unos 600.000 euros, proyectos de los que se viene hablando desde hace años y que finalmente tendrá que pagar la ciudad al ser excluidos varias veces de la convocatoria del 1,5% Cultural del Gobierno de España. Zamora volvió a suspender el examen.

Existen razones más que de sobra para que Zamora empiece a pensar en el futuro, en propuestas de desarrollo económico, en atraer inversiones empresariales que devuelvan la esperanza al ciudadano. No se puede fiar todo a la estética de la ciudad. Zamora no lo merece.

Cruz Lucas, portavoz del grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Zamora