La cencellada diaria a la que nos somete Filomena está convirtiendo a Zamora y sus alrededores en una auténtica postal navideña, de las de antes, de las de paisaje idílico aunque helado. Mi amigo Manuel me enviaba hace días unas fotos preciosas tomadas en la zona de los Tres Arboles, precisamente a unos arbustos, creo que acebos, en los que contrasta el verde y rojo del seto con el cuantioso cencello caído sobre ellos. Todo muy bonito en fotografía, sólo que la realidad no es tan bonita. Hace un frío que pela. Depende de la esquina que se doble el aire es de los que corta el ‘ángulo facial del cutis’, algo que con mucha guasa solía decir mi buen padre en estos casos. Era un friolero de tomo y lomo.

Donde mejor se está estos días bajo cero es, sin duda alguna, en casa. Eso en las casas donde haya calefacción, donde se pueda mantener el calor necesario, porque la pobreza energética que afecta a tantos hogares zamoranos, obliga a pedir soluciones que no se dan. Soluciones que deberían arbitrarse antes de la llegada del invierno para no pillar a las administraciones públicas con el paso cambiado, como ocurre casi siempre.

Esta ola de frío que estamos soportando con un estoicismo admirable, no es un fenómeno desconocido por estos lares. La mayoría de inviernos en España registran olas de frío. Unas son más severas que otras. Todas ponen el mercurio bajo cero. Con Madrid en la mente, cabe recordar que son muchas las llamadas nevadas históricas que se han producido en España en las últimas décadas con largos periodos de temperaturas anormalmente bajas.

Este siglo no se queda corto en materia de olas de frío. Hasta el punto de que llevamos unas veinte, casi sale a una ola por año. Las hay más cortas y más largas como la del periodo 2001-2002, una única ola que fue la más duradera al menos desde el año 1975. Fueron 17 días según cuenta la estadística. La que ahora estamos padeciendo no creo que se quede corta en duración. Se nos antoja a todos demasiado larga. Si aquella fue también una de las más frías con una anomalía de -5 grados y una temperatura media de -8 grados, la actual es muy parecida. Entonces, 32 provincias se vieron afectadas. Tengo para mí que en esta ocasión se han visto, se están viendo afectadas la práctica totalidad de las provincias españolas. Unas han recuperado el sol, Zamora con la niebla puñetera que sube del Duero, sigue soportando este frío que, dicen los mayores, no es nada bueno para los huesos.