Vaya por delante que, nos pongamos como nos pongamos, las remuneraciones de los futbolistas de élite no solo son abultadas, sino escandalosas. Nos llegan todos los días noticias de determinados clubes que han desembolsado cien o doscientos millones de euros para contratar a determinado jugador. Lo peor es que a algunos les pueda parecer normal. Quienes hablan y escriben sobre el tema, apenas ofrecen criticas al respecto. Y, cuando lo hacen, tratan de justificarlo alegando que es “precio de mercado”. Pero el hecho de que el mercado se mueva en esos parámetros no significa que tales operaciones no sean un disparate. Aceptarlo, como inevitable, nos situaría más cerca de la demencia que de cualquier otro estado mental.

Es sorprendente escuchar a determinados periodistas manejando esas cifras con toda naturalidad, sin mostrar el más mínimo sonrojo o indignación. A algunos de esos profesionales, cuyos salarios seguramente serán poco diferentes de los de los demás mortales de este país, les parece normal que pueda haber alguien que gane en un año quince o veinte veces más que lo que van a conseguir ellos a lo largo de toda su vida, o lo que es igual que gocen de un salario cuatrocientas veces superior al suyo. Pero, ¡allá ellos!

Para que se entienda un poco el disparate, recurramos a un periodo de tiempo que venga a coincidir con un ciclo económico-deportivo. En el caso del “Real Madrid” sería de cuatro años y seis años en el del “F.C. Barcelona”. Elijamos a uno de ellos. Por ejemplo, al “F.C. Barcelona”. Una sociedad, que, como la del “Real Madrid”, no tiene espíritu de lucro, y que cuenta con un presupuesto de 828 millones de euros en la presente temporada.

Pues bien, en estos últimos cuatro años el “F.C. Barcelona” ha desembolsado unos 400 millones de euros para poder contar con los servicios de tres jugadores (Dembelé, Coutinho, y Griezman). A esa cantidad hay que sumarle los emolumentos que ha cobrado cada uno de esos jugadores, que vienen a ser otros cien millones por año, o sea, otros 400 millones. Así pues, el costo total de esos tres jugadores, para dicho periodo de tiempo, alcanza la estratosférica suma de 800 millones.

Para más inri, en este caso concreto, el resultado de la cuantiosa inversión ha resultado ser un desastre, ya que ninguno de los tres jugadores ha respondido, mínimamente, a sus expectativas. Uno de ellos, apenas ha llegado a jugar unos pocos partidos, debido a sus continuas lesiones y a un anárquico comportamiento en el campo. Otro de ellos, hartos de soportarle, lo cedieron a un equipo alemán, para tratar de aligerar gastos. Y un tercero que fue fichado como “estrella”, para meter muchos goles, solo ha conseguido hacerlo en 14 ocasiones. Con gestiones de esta naturaleza no es extraño que el presupuesto de esa entidad llegue a ser tan alto, y los resultados deportivos tan bajos.

Mientras esto sucede, destacados miembros de la junta directiva, así como candidatos a ocupar la presidencia del club, en lugar de reconocer el despilfarro, han dirigido sus críticas a su jugador estrella, a la sazón Leo Messi, al que consideran un jugador muy caro. En realidad, si dijeran la verdad, dirían que se trata de su jugador más rentable. Pues los cien millones que le abona el F.C. Barcelona cada año, los compensa con más de 200 goles y 80 asistencias, para cada periodo de cuatro años.

De la misma manera, también dirían que lo que han costado los tres jugadores, que no han respondido, en absoluto, a lo que se esperaba de ellos, ha resultado ser el doble de lo que cobra Messi (800 contra 400 millones). Con la diferencia que este último ha sido, y continúa siendo, el alma mater del equipo, y los otros tres una rémora que el F.C. Barcelona no sabe cómo quitarse de encima.

El jugador más rentable no tiene que ser, necesariamente, el que menos cobra, sino el que ofrece mayor productividad. Eso sucede en cualquier empresa. Y también en el “F.C Barcelona”.

Mientras Messi marca de media 50 goles por temporada, entre los otros tres jugadores apenas llegan a alcanzar la cifra de 31. La cuenta es pues muy clara: con la mitad de dinero, Messi produce casi el doble de goles, que esos tres futbolistas juntos. Además, proporciona 20 pases de gol por temporada, y un espectáculo futbolístico que solo él es capaz de ofrecer, al tratarse del mejor jugador del mundo.

O sea, que, si los resultados del “F.C. Barcelona” no están respondiendo a lo que cabía esperar, no son debidos, exclusivamente, a los emolumentos del crack argentino, sino al disparate que supone dilapidar enormes cantidades de dinero, consecuencia de la una mala gestión de su junta directiva. Echarle la culpa a Messi es no querer ver la realidad. Comparar a ese futbolista con cualquier otro es algo tan extravagante como sería tratar de homologar el cero con el infinito.

Pero, el mundo es un disparate, y el fútbol no iba a ser menos. Nadie es capaz de reconocer sus propios errores. Así que, agazapados, le echamos la culpa al primero que pase a nuestro lado.