El enfrentamiento continuo al que estamos asistiendo en los últimos tiempos en la política, escenificado por un elevado nivel de intransigencia y críticas, siempre destructivas, no parece ser el mejor modelo de patriotismo tan cacareado por ciertos representantes políticos.

Es cierto que hay una gran diferencia ideológica, y muy diferentes puntos de vista en cuanto a la posible solución de los problemas existentes en nuestra sociedad, incluso, hay que tener en cuenta los diferentes intereses económicos que defiende cada grupo político.

No obstante, y teniendo en cuenta todo lo dicho, es preciso intentar acercar posiciones. Ceder, intransigir, eliminar las líneas rojas, como se dice ahora; intentar dialogar, consensuar, y dejar a un lado los intereses partidistas. Porque eso es lo que se necesita ahora para poder llevar a cabo los importantes retos a los que hemos de enfrentarnos en estos momentos difíciles.

Retos económicos, sanitarios, sociales, educativos; sin olvidar naturalmente el medio ambiente y la investigación científica. Es hora de ponerse de acuerdo, para poder aprovechar lo mejor posible los fondos europeos de reconstrucción, y de esta manera conseguir mejorar la maltrecha situación que atraviesa nuestro país. Esto sí que sería un verdadero patriotismo, y no esa generosa y banal exhibición de banderas.

Gerardo Seisdedos