Año 2030, la pandemia ha pasado y más o menos todo vuelve a la normalidad, pero en la profunda Zamora, en la Raya con Portugal, Aliste sigue despoblandose, cada vez menos gente, cada vez menos servicios, la N-122 aún sin presupuestar y sin posibilidad de futuro puesto que las telecomunicaciones siguen siendo nulas y abandonadas, aliste se ha muerto.

Puede que sea un penoso relato, pero cada día que pasa se convierte más en una realidad. Siempre hemos sido los últimos en la lista de los deseos y, últimamente, este hecho es aún más palpable. Por mucho que reivindiquemos, todo importa más que la dichosa autovía, nos son suficientes los amigos, hermanos, hijos que perdamos en la carretera que seguiremos siendo Aliste la olvidada, porque no somos iguales al resto. Por mucho que reivindiquemos, todo importa más que tener conexiones dignas, parece ser, que de los más de un centenar de pueblos que han optado en el bombo a conseguir el premio de Internet, ninguna bola tenía la suerte de tener el nombre de algún pueblo alistano. No entendemos para qué sirve un Ministerio de despoblación, si consiste en dar dinero a las empresas telefónicas para que estas lo canalicen a lo que les es rentable, cuando debería destinarse a los más desfavorecidos. Es ahora cuando necesitamos pueblos conectados, no cuando estén abandonados y sin posibilidad de futuro.

No sé si en 2030 tendremos o no esa realidad, pero parece que, para este gobierno, no nos lo merecemos. Aliste sigue sin tener las mismas condiciones que cualquier parte del país, pero no debemos perder la esperanza y seguir reivindicando lo que es legítimo por derecho, ¿pedimos tanto? 70 km de autovía y una conexión digna de internet. Gobierne quien gobierne no debemos cansarnos de pedir que alguno se acuerde de que “Aliste is Spain”.

(*) Alcalde de Rabanales