Nos tomamos a broma el impacto del plástico sobre el ecosistema y sobre la salud humana y cometemos un grave error. Desde los años 60 del siglo pasado la producción de plásticos ha crecido casi un 9% cada año. Sólo en 2015 se produjeron 322 millones de toneladas, según datos de la ONU. Sabido es que buena parte del plástico acaba en el medio ambiente, especialmente en los mares: aproximadamente unos 8 millones de toneladas al año. A nadie puede extrañar que haya sido cuestión de tiempo que el plástico creado por los humanos vuelva a ellos.

Muy potente debe ser la industria del plástico cuando los gobiernos no acaban con su producción a pesar de los avisos insistentes de la comunidad científica. Son muchas las investigaciones llevadas a cabo que nos ponen en situación de alerta. Resulta terrible saber que, de media, ingerimos cinco gramos de plástico a la semana. Ninguna legislación ha sido capaz de frenar esta situación pese a los químicos que introducimos en nuestro cuerpo por la vía del envasado.

La seguridad humana al respecto apenas preocupa a los legisladores. De ahí que la Fundación Rezero y Zero Waste Europe haya publicado una investigación en la que se analizaron muestras de orina a 52 voluntarios para detectar la presencia de sustancias químicas comúnmente utilizadas en envases de plástico para alimentos, concretamente los de un solo uso. Sustancias asociadas a enfermedades como el cáncer y enfermedades cardiovasculares que, además, afectan al sistema inmunológico y reproductivo. Al igual que comemos e inhalamos 121.000 microplásticos al año, a diario orinamos plástico. Como lo lee. Algo así como 20,5 sustancias químicas de media procedentes de envases de uso alimentario.

A pesar de estos recientes descubrimientos, los envases de plástico abundan, fundamentalmente en supermercados y grandes superficies donde el contenido sigue reposando en un continente indeseado. Tenemos que mentalizarnos de que la basura plástica y el cáncer están muy relacionados. Todo esto pone de manifiesto que la salud pública no está protegida adecuadamente frente a estas sustancias tóxicas. Yo creo que todos estamos en la obligación de saber que orinamos químicos a causa de los plásticos. Lamentablemente eso parece no interesar a nadie. Se habla del alcohol y del tabaco como los grandes enemigos de la salud y nada se dice de los plásticos.

Para bien ser deberíamos añadir otro medidor al de los niveles de alcohol y tabaco: el de los plásticos, 0 alcohol, 0 tabaco, 0 plásticos. Los residuos plásticos invaden el cuerpo humano, nos están envenenando y no queremos darnos por enterados. Y aunque se pueda excretar por la orina la exposición continuada lleva a graves enfermedades.