Son tan socorridos. En tortilla francesa o fritos son una delicia. Solos o acompañados. Ni caviar, ni perdiz, ni rodaballo, ni pularda, ni historias culinarias de nouvelle cuisine por mucho que lleven el sello de Paul Bocuse. Nada como unos huevos fritos con patatas hechas de la misma guisa o en tortilla francesa para el desayuno. Es un plato de dioses por mucho que nos empeñemos en hundirlo e incluso criticarlo imputándole no sé cuántos males mayores y menores. Son muchos los mitos y las leyendas de todo tipo que rodean a los huevos. Todo son falacias. Consumir un huevo al día de media sería lo ideal y no está, ni por asomo, asociado a un mayor riesgo cardiovascular. Es más, el consumo de huevos tiende a ser más protector que perjudicial.

No porque a mí me guste este producto a rabiar le voy a atribuir lo que no sé. Por el contrario, una investigación internacional ha concluido que el consumo de cuatro huevos a la semana es saludable para el corazón. España ha formado parte del grupo de expertos que ha llegado a esa conclusión y que pertenecen a prestigiosas universidades de Dinamarca, Holanda Italia, Polonia, Suiza y, por supuesto, España, concretamente la Universidad de Navarra.

Este estudio es el más exhaustivo de los realizados hasta la fecha sobre el consumo del huevo y la salud cardiovascular. Me repatea cuando, sin base científica alguna, empiezan a hablar mal de este o aquel alimento, siempre he pensado que en función de intereses creados. Se han hecho campañas perfectamente orquestadas contra alimentos esenciales para una buena nutrición, y sin embargo poco se dice de lo sumamente perjudicial para la salud que son los alimentos procesados, las bebidas azucaradas, la bollería que es como una bomba de relojería y ciertas chuches que, sobre todo los más pequeños, engullen como si les fuera la vida en ello.

A los detractores del huevo hay que recordarles que su consumo tiene funciones antioxidantes y antimicrobianas. La mala fama del rico producto procedente de la gallina, partió de Estados Unidos donde, según los expertos, a los huevos se les suele acompañar de otros alimentos menos saludables como el bacón. El consumo de huevos encaja a las mil maravillas en la dieta mediterránea y lo que es más importante, los huevos son una fuente de proteínas de alta calidad además de muchos micronutrientes. Y no quiero incidir más porque como la industria dé pábulo a esta verdad incuestionable, acabaran subiendo el precio de los huevos. Y no está España, con más de tres millones y pico de parados, para que suban alimento tan socorrido.