Los nuevos Presupuestos del Estado prevén que se subirá un punto para patrimonios de más de 10 millones de euros y tres puntos el IRPF para rentas del capital para más de 200.000 euros y dos puntos el IRPF para rentas del trabajo de más de 300.000 euros. Con esta medida, se espera recaudar 144 millones más. Sin ganas de marearnos con números, basta retener esta cifra (144 millones) y compararla con los 840 millones de euros que el Gobierno nos va a subir a los “ricos” que tenemos un vehículo diésel y bebemos bebidas azucaradas.

El Gobierno no sabe ni quiere plantearse otras medidas que disponer de los fondos europeos -¡que no se gasten tan mal como los del Plan E de Zapatero! – y subir los impuestos, por cierto en contra de la mayor parte de los países de nuestro entorno, que están convencidos de que es momento de no subir impuestos o incluso bajarlos, ante la grave crisis económica y laboral.

El actual Gobierno supedita a la ideología la efectiva recuperación económica. Quiere estatalizar todavía más, en vez de dejar respirar a la clase media, a las pequeñas empresas, a los autónomos, que son los que de verdad crean empleo real y los castigados por estos presupuestos, presentados como sociales.

Serían sociales si se redujeran los Ministerios y el personal de los innumerables entes públicos, empezando por los asesores. Serían sociales y de transformación económica si, por ejemplo, hubiera algún plan con los aeropuertos estatales que son una ruina económica diaria. De eso, nada de nada.

Pedro García