Definitivamente, tengo que reconocerlo, después de lo visto y vivido últimamente, ya no puedo soportar más los debates que tienen lugar en el Congreso de los Diputados, porque “me producen urticaria”. Escuchar al Sr. Sánchez decir que está harto de las noticias falsas y de las mentiras de la derecha, tener que aguantar el cinismo con el que se expresa la Sra. Lastra, o intentar mantener la atención cuando está hablando “ex cathedra” el Sr. Iglesias es algo que me supera. Siento decirlo pero, o cambian las cosas y vuelvo a encontrar razones para seguir interesándome por lo que hacen o dicen los políticos, o mejor me dedico a la jardinería, por ejemplo, para no enfermar.

El miércoles pasado, cuando el diputado Casado le recordaba al diputado Sánchez la de veces que dijo: “con Bildu no vamos a hablar jamás. Si quieren se lo digo cinco veces: con Bildu no vamos a pactar…” al Sr. Sánchez se le ponía cara de olvidadizo y “se iba por los cerros de Úbeda”, como le pasaba al Sr. Rajoy cuando, salvando las distancias, le recordaban lo de los SMS que envió al Sr. Bárcenas.

Para el Sr. Rajoy, aquello de los SMS fue la antesala de su despedida; esperemos que el Sr. Sánchez sepa rectificar, al menos, para que no le pase lo mismo que le pasó a su antecesor en el cargo. De no hacerlo, debería pedir perdón a todos los que le votaron y marcharse, porque cuando una persona, para conseguir la confianza de los demás, miente o engaña, si se le coge en el renuncio, o pide perdón y trata de enmendar la contradicción, o se le debe abrir la puerta para que se vaya. Sinceramente, señoras y señores, yo no le echaría de menos.

Y qué decir de la Sra. Lastra, que no le llega a “sus mayores” ni a la suela de los zapatos. A mi juicio, habría que decirle que jamás hubiera llegado tan lejos si no hubiese sido por lo que hicieron muchos de los socialistas a los que hoy ella no quiere ver ni oír.

Sr. Lastra, la clave del éxito en cualquier empresa o proyecto que se pretenda sacar adelante está en saber unir la experiencia con la fuerza; por eso, usted, que tal vez no oyó a nadie manifestar nunca aquello de: “más sabe el diablo por viejo que por sabio” al decir lo que ha dicho, cuando se ha referido a “sus mayores”, es decir, a los señores González, Guerra, Leguina, Vázquez, Rodríguez Ibarra, Corcuera….etc., no solo ha cometido una imprudencia y una insensatez imperdonable, sino que, además, ha ido mucho más allá de lo que a un advenedizo en un cargo, como es usted (perdón, una advenediza) se le puede permitir. “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces” ¿Le suena el refrán Sra. Lastra?.... Pues aplíquese el cuento si no quiere pasar a la posteridad como las más atrevida e ignorante, o ignoranta, de entre todos los que le han precedido.

Y del Sr. Iglesias ¿qué se puede decir que no se haya dicho ya? A mí, de este personaje perverso y maquiavélico solo se me ocurre decir que cuanto antes desaparezca del mapa político español, mejor que mejor, pues desde que salió a escena todo ha ido de mal en peor, se mire por donde se mire.

Por cuanto ya ha acontecido, Sr. Sánchez, permítame que le dé un consejo: Si quiere usted dormir mejor y que no se le quede la cara de olvidadizo que se le puso el miércoles pasado en el Congreso, cuanto antes, divórciese de ese impresentable personaje que tiempo atrás no le dejaba dormir y cambie de rumbo, pues con él al timón y con la tripulación que ha elegido para su viaje, sí o sí, irá a la deriva y, lo que es mucho peor, llevará a la deriva a todo el país, porque “le habrá ganado por la mano” el más trilero y más despiadado de cuantos diputados se sientan a su lado.

En mi opinión, aún está a tiempo de cambiar; para ello solo tiene que hablar con los que la Sra. Lastra llama “los mayores de su partido”, que los hay con mucha experiencia y sabiduría, y escuchar lo que le digan, que seguro no será que siga de la mano del “vicepresidente morado”, de los separatistas que quieren romper España, ni de los herederos de ETA. Lo más probable es que le digan que cambie el paso y trate de acercarse más a los verdaderos socialdemócratas que mantienen el tipo en el PSOE, e intente, en serio, entenderse con ellos y llegar a acuerdos con los liberales de bien y los conservadores del centro-derecha que estén dispuestos a defender la unidad de España. Puede que lo de buscar una alianza con los liberales y los centristas más conservadores sea una utopía, pero, como en los tiempos que corren, para mantener a España en la dirección correcta tal alianza más que una quimera es una necesidad, no tenga miedo y tome la decisión de cambiar de patrón y de tripulación. Y si le tiembla el pulso, llame a la Sra. Merkel y déjese aconsejar.

¡Qué no tendrán que estar tragando los socialistas de bien, que los hay y muchos en este país, para que algunos de los que más alto llegaron se hayan atrevido a decirle lo que ya le han dicho al todavía Presidente del Gobierno!

(A buen entendedor, pocas palabras bastan).