No me refiero tanto a la vacuna que está por comercializarse como a la vacuna de la gripe común. Este año hay que vacunarse sí o sí y dejarse de remilgos e historias. No entiendo por qué las vacunas tienen tan mala fama con la de vidas que han salvado. La Comunidad Científica deberá ir por delante de todo lo que esté por llegar. Tendría que ir más allá sobre posibles futuras enfermedades que ni falta que nos hacen pero que cuando aparecen hay que estar preparados para hacerles frente.

Digo lo que digo porque la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) ha hecho un llamamiento para que la población española se vacune contra la gripe común, no sólo para prevenir esta enfermedad, sino para evitar la ‘coinfección’ con la Covid-19. Juntas, gripe y Covid, deben ser, no ya un cóctel explosivo, sino la bomba atómica. Si los neumólogos nos previenen, hagámosles caso y dejémonos de especular y querer saber al respecto más que ellos.

La gripe no es ninguna tontería. A nivel mundial se estima que cada año mueren hasta 650.000 personas por causas relacionadas con la gripe. En España, durante la temporada 2019-2020, 619.000 personas acudieron a las consultas de atención primaria por gripe. La cosa no quedó ahí. Hubo 27.700 hospitalizaciones con gripe confirmada por ensayos de laboratorio, 1.800 ingresos en la UCI y 3.900 muertes asociadas a la gripe. Los datos son del Ministerio de Sanidad.

Si aun así se sigue demonizando a la vacuna, mal vamos. Los neumólogos españoles han hablado asegurando que la coexistencia de gripe y Covid podría ser muy grave y potencialmente mortal, especialmente para los grupos de riesgo tanto para una como para la otra. Los enfermos crónicos, las embarazadas y los ancianos de más de 65 años deben ponerse ipso facto, si no lo han hecho ya, la vacuna antigripal. El grito unánime de la Separ no es otro que el de conminar a todos los ciudadanos a vacunarnos.

Sabido es que la ciencia ficción ha escrito docenas y docenas de libros y guiones de cine y televisión con virus letales como protagonistas absolutos de las tramas a tratar, donde se suceden los muertos en cadena y las poblaciones atemorizadas. Solo que esto que estamos sufriendo no es ciencia ficción, es la realidad y todos sabemos que la realidad supera con creces la ficción.

Desde Jack London con su libro “La peste escarlata”, hasta Franck Thilliez, autor de “Pandemia”, la literatura y el cine han tratado con resultados desiguales este tema en el que, casi siempre, el hombre pierde. Ojalá que, en la realidad, sea al revés.