No creo que el azúcar mate, tomada con moderación, como todo en esta vida. Sin embargo, a la hora de ingerir bebidas azucaradas no hay moderación que valga. Este tipo de bebedizos tiene adictos y adeptos y esos chutes terminan pasando factura. En Estados Unidos ya se han posicionado al respecto hasta el punto de que los refrescos ya no son tan populares en el país del Tío Sam. El récord lo ostentan los latinoamericanos, y en particular los mejicanos, con el nivel más alto de consumo de bebidas azucaradas del mundo. Al parecer en los países más ricos, la gente toma más leche.

Por eso y por otras muchas razones relacionadas con la obesidad, no deja de ser sorprendente que el Grupo Municipal del Partido Popular en el Ayuntamiento de Benavente, con el paso cambiado, haya pedido en una moción que se quite la subida del IVA a las bebidas azucaradas. Craso error. La ingesta de bebidas azucaradas puede aumentar el riesgo de subir de peso y desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y gota. La ingesta de bebidas azucaradas está significativamente asociada con el aumento de peso y la obesidad. Si los consumidores se muestran incapaces de ponerles límite, los impuestos, de los que no soy nada partidaria, tendrán que contrarrestar el efecto.

Con semejante petición, el PP de Benavente demuestra no dar una y la que da la pifia. A no ser que su petición esté vinculada a un guiño, no sé si de carácter electoralista, al sector remolachero-azucarero de nuestra comunidad. Ya sabemos la de intereses que se libran en estas cuestiones. Tratar de salvar lo insalvable no es la mejor solución. No les falta razón cuando piden retirar la campaña que tajantemente anuncia que “El azúcar mata”. No me lo creo, ni aunque se pongan de rodillas. El azúcar, directamente, no mata. Lo que acaba matando es ponerse seis cucharitas de azúcar en el café, en las tisanas o cuando se están elaborando dulces caseros. Quizá el abuso venga dado porque según dicen, el azúcar ya no endulza tanto como endulzaba, de ahí la progresión en su uso y abuso.

Hay bebidas más sanas que no conllevan tantos problemas como las azucaradas y que también soportan un IVA insoportable. Las bebidas azucaradas no son productos de primera necesidad más necesitados de la atención política. La subida de precios en la cesta de la compra, en plena pandemia, sí que debería ser denunciado para, de esa forma, acabar con ciertos abusos que pagan los consumidores. Sin embargo el Grupo Popular benaventano no ha sabido siquiera ni curarse en salud.