Aunque no soy politólogo, ni entiendo mucho de estrategia política, creo que el PP se equivocó votando no a la moción de censura presentada por Vox contra la gestión del gobierno del presidente Sánchez, pues, salvo que esté en un error, creo que el presidente del PP, el diputado Pablo Casado, debió poner más énfasis en criticar la gestión hecha hasta la fecha por el gobierno actual, y en particular por su presidente, que en tratar de ensañarse contra quien la presentaba, su otrora amigo y compañero, y hoy presidente de Vox, el diputado Santiago Abascal.

Y digo lo que digo porque, a mi entender, cuando se presenta una moción de censura contra la gestión hecha por un gobierno, aunque al presentarla haya que plantear también un programa de gobierno y un candidato alternativo, sobre lo que prioritariamente habría que debatir en la moción, entiendo yo, debería ser sobre la gestión hecha por el gobierno contra el que se presenta, aunque también, e ineludiblemente, haya que tener en consideración el programa que pueda esbozar el candidato alternativo, no vaya a ser que al final haya que aplicar el refrán que dice: “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. No obstante, en esta ocasión, a mí me pareció errada la actitud del señores Casado al dirigir más reprobaciones al candidato a la Presidencia que al presidente contra el que iba la diatriba.

Por eso, creo, del señor Abascal se podría decir que “fue a por lana y salió trasquilado” y del señor Sánchez que “sin haber comprado boletos le toco la lotería”, lo que me lleva a preguntarme si el “no” del PP en la reciente moción de censura fue un acierto o un error. Solo el tiempo lo dirá.

Para mí, sin ningún género de dudas, el vencedor fue Pedro Sánchez, pues de las cinco mociones de censura presentadas contra los gobiernos habidos en España en los últimos cuarenta años, la que resultó menos perjudicial para el gobierno que la “sufrió”, o dicho de otro modo, de la que salió más airoso su presidente, ha sido ésta. Solo hay que recordar las palabras que tanto el señor Iglesias, como la señora Lastra dirigieron al señor Casado al finalizar la última sesión, para sacar conclusiones.

¿Y ahora qué? ¿Qué se puede esperar que hagan en el futuro los votantes del PP y de Vox tras el espectáculo que ofrecieron sus líderes en la Cámara Baja el jueves pasado? Tiempo al tiempo.

No me referiré a los votantes del PSOE porque, supongo, tras la pelea entre Abascal y Casado, como ellos no se llevaron ningún golpe, es de suponer que debieron salir con la moral mucho más alta; lo que deja patente que la moción, como dicen algunos, no fuera una moción de censura contra Sánchez sino un mano a mano entre los líderes de la derecha, se pongan como se pongan unos y otros.

Y, entre todo, la pandemia sigue azotándonos sin que a nadie se le caiga la cara de vergüenza. ¡Qué país!

Pero “como nunca es tarde si la dicha es buena” ahora que la pelea de la derecha ya ha librado su primer asalto, no estaría mal que todos los constitucionalistas, es decir, todos los políticos que aman la España que queremos la mayoría de los españoles, se pusieran de acuerdo, de una vez por todas, para hacer frente a la mayor pandemia que desde que tenemos conocimiento hemos vivido. ¡Ojalá! aunque, conociendo el percal, permítanme que ponga en duda la llegada del consenso y siga confinado en mi casa, para evitar que el bicho se me suba por las paredes.