¡Suena fuerte! A clima bélico o prebélico, a catástrofe, a la forma más dura de control gubernamental, a desastres, calamidades, a crisis sanitaria mundial como en este caso. En España no estamos tan acostumbrados como pueden estarlo en países asiáticos e hispanoamericanos donde los desastres naturales que conllevan pillaje, las guerras y el terrorismo obligan a aplicarlo.

Servidora conoce bien de cerca el ‘toque de queda’. Se implantó en Guinea Ecuatorial, tras la proclamación de la Independencia, el 12 de octubre del 68 como parte del proceso de descolonización de África, apoyado por Naciones Unidas, y que no se hizo del todo bien. Fue en un momento difícil, cuando Francisco Macías Nguema, primer presidente de la República, tío de Teodoro Obiang Nguema, empezó a mostrarse como era. Fue un pésimo presidente para los ecuatoguineanos, especialmente la etnia bubi, y para todos los demás. Lo sufrí durante muchos meses, de seis de la tarde, cuando allí empieza a anochecer, hasta las seis de la mañana cuando el día es ya una cálida realidad. Pero, por estos lares, ya digo, no estamos familiarizados. A muchos les va costar. Y es que si los tribunales no dicen lo contrario, cuando esto escribo el gobierno de la Comunidad tiene previsto implantar hoy mismo esta medida, coincidiendo con el fin de semana y con la hora que nos devuelven todos los años por estas fechas. Todo el gozo de los amigos del ocio nocturno en un pozo. Nada que sea restrictivo, nos gusta a los ciudadanos, sobre todo a los que pensamos que debería estar prohibido prohibir, pero es que no queda otra. Es que se hace necesario ante la irresponsabilidad de tantos como están llevando a Zamora al caos sanitario. No se cortan por ellos mismos, como para cortarse por los demás. Y así nos va, de culo y cuesta arriba.

La situación epidemiológica de Castilla y León y por ende de Zamora es mala de solemnidad. Tenemos la suficiente experiencia como para saber que en casos así la autoridad sanitaria y la competente no se puede dormir en los laureles, los ciudadanos tampoco. Somos más los ciudadanos responsables que los otros, pero los otros están haciendo mucho daño. Las distintas llamadas que nos hacen desde diferentes instituciones, apelando a nuestra responsabilidad no funcionan igual en todos los ciudadanos. Encima, los negacionistas siguen empañando la situación empeñados en no ver la realidad.

Si en una determinada franja horaria no se puede estar en la calle, pues no se está y punto, sin complicarnos más la existencia. Para muchos el ‘toque de queda’ será una nueva experiencia en su vida.