Hemos leído en este periódico que muchos alcaldes de distintas área de salud de la provincia de forma individual y colegiada han hecho llamamientos a las autoridades sanitarias para que se abran y atiendan los centros de salud de los pueblos. Desconocemos las respuestas a tales requerimientos. Igualmente hemos escuchado protestas de vecinos por la misma situación y sobre todo por la misma solución Al fin Zamora rural salió en protesta a sus calles. Y este periódico si les escuchó e informó ampliamente del hecho. Igea, no tuvo más remedio que decir a media voz que se arreglaría. Pero no ha sido así del todo. Y como ejemplo ahí está la impagable información de LA OPINIÓN titulado La indignación de los vecinos de Moralina de Sayago: ¿Tienen corazón estos políticos? Por otra parte, esta situación no se da en otras comunidades. Así mismo leímos que la actual consejera de Sanidad de la Junta es la mejor profesional de la medicina de Europa. Afirmación que se contradice con la atención primaria al menos rural que se presta. Las consultas presenciales en los pueblos llevan meses y meses cerrados. Alguna explicación un tanto peregrina he escuchado tal y como que los centros son lugares de contagio. Y me pregunto ¿los bares, las escuelas, las iglesias, los comercios por poner algunos ejemplos, no lo pueden ser? Se cerraron en otros tiempos y se volvieron a abrir. ¿Por qué no los centros de salud?

La realidad es que nuestros convecinos de todas las áreas rurales, donde especialmente viven personas de edades avanzadas, con dificultades para llamar por teléfono, escuchar, expresarse, conducir coche. Tales personas precisan habitualmente de asistencia médica y enfermería y además en sus domicilios, pues su movilidad es limitada. Lo incompresible es que a estas personas se les diga que si lo necesitan llamen por teléfono. Y tal vez escuchan lo siguiente: “En estos momentos todas nuestras líneas están ocupadas. Por favor manténgase a la espera”. Después de varios minutos vuelve a sonar la voz. “Disculpe la molestias, lo sentimos, nuestras líneas siguen ocupadas. En breves minutos podremos atender su llamada”…Así, varias veces. Hasta que ya el propio sistema empieza a hacer “tututu” y deja de funcionar. Vuelves a reponerte del susto y marcas el número del centro de salud y escuchas señal de comunicando. Insistes y oyes, “Conecte con nuestra página web”. En fin, que es una odisea conectar. Cuando lo logras, escuchas, no le oigo bien, vocalice mejor, dígame que le pasa. Se acabó la paciencia y con ello la dolencia se agrava. Sé de algunas oficinas en las que sistemáticamente se descuelga el teléfono porque dicen que no pueden atender a los que tienen delante. Ignoro si esto pasa también en los centros de salud. Lo que no es de recibo es que mientras los consultorios públicos de los ayuntamientos siguen cerrados, mientras que las consultas particulares de médico, sí que son presenciales. No hay miedo a contagios. Nuestras personas de los pueblos no están en disposisición de llamar, esperar y luego tomar un coche, pues no hay ni taxis, para ir al centro comarcal de salud. Es cierto que sabemos de muchas personas que se han ofrecido generosamente a llevar a quien se lo pida a los centros de sanidad comarcales. No pueden, no pueden.

Y mientras tanto, dado que la salud es tan importante y los ayuntamientos este año se ahorran mucho dinero en festejos ¿No podrían aplicar partidas para pagar, aunque fuera con fórmulas de copago a sanitarios privados para que acudan a los domicilios a solucionar tanto problema? Esto lo vienen haciendo empresas, con los llamados médicos de empresa e incluso universidades y se contratan y pagan los servicios para que médicos y enfermeros se hagan presentes con sus servicios. Actualmente también en institutos y centros de enseñanza primaria se estudia dotar plazas de sanidad. Por otra parte, cuando hay eventos deportivos, toros, fútbol, vemos como las ambulancias y personal sanitario, público o privado está en las cercanías, por si acaso. Pues nuestros pueblos con sus mayores, no están en situación de, por si acaso. Sino realmente necesitados de asistencia en casa, ni siquiera en el centro del pueblo, en casa, que vienen los fríos y no deben salir a exponerse a vientos, lluvias, inclemencias del tiempo. Y la Junta debe dar una explicación racional por qué y hasta cuándo esta situación de anormalidad y ultraje. Y este periódico recordárselo. Y nosotros leerle con más frecuencia para conocer los hechos y formarnos opinión de quién o quiénes, debiendo, no cumplen.