¿Cuántas veces hemos oído prometer a nuestros políticos que van a reducir los procuradores en las Cortes de Castilla León, los diputados en la Diputación provincial, los concejales en los ayuntamientos, los senadores y diputados en el Reino, los consejeros, asesores, de los que ostentan una representación popular, los Consejos Económicos y Sociales, los Defensores del Común, el Tribunal de Cuentas, miembros del Consejo de Estado y un largo etc. de organismos, todos por supuesto muy legales, donde se refugian, pasados unos años en los cargos electos, recuperan y hasta aumentan los sueldos que se ponen y engordan a su voluntad? Italia nos acaba de dar un ejemplo. Dieron la voz al pueblo y el pueblo sumó votos para mandar a sus casas a 354 Diputados y a 200 Senadores que se decían representantes del pueblo, de su voluntad, de la democracia.

Y en España, que yo sepa, solamente la comunidad de Castilla la Mancha tuvo el valor y acierto de reducir sus procuradores en las cortes autonómicas a la mitad. Y siguen funcionando. Los demás, promesas y promesas, palabras vacías. Nunca encuentran tiempo de reformar leyes como la electoral, la de partidos y la misma Constitución que nadie cumple en su totalidad y es fuente de enfrentamientos. Igual que para desempeñar cualquier cargo o presentarse a una oposición se pide y valora, currículum, capacidad y mérito, lo mismo que en todos los niveles formativos, universidad incluida, se programa, enseña y evalúa según actitudes, conocimientos y competencias. ¿Para cuándo, al presentarse a cualquier cargo desde juez de paz, concejal, alcalde, procurador, diputado, senador y más y más, no se pide, exige y valora sus conocimientos, actitudes y competencias? ¿Para cuándo las listas abiertas y que votemos personas y no partidos? ¿Para cuándo los sindicatos en lugar de perpetuarse en sus privilegios, no son abiertos, reducen sus muchos, demasiados representantes de sí mismos en todas las estructuras y dónde haya algo que repartir y repartirse? Habla pueblo, habla, y en calles y campos se oye: Tantos y tantos elegidos para representarnos, ni tienen conocimientos, ni actitudes buenas, ni competencias. Saben, eso sí, entre otras cosas, gritar, impresionar, seducir y embaucar y por ello tienen que rodearse de asesores, consejeros, camarillas de amiguetes, en lugar de los técnicos funcionarios de los servicios.

Ser representante elegido de mucha gente es cosa muy seria, honrosa y se lo toman así. Con quienes hablo, gente normal, escuchas voces sinceras y preocupadas, desconfían ya del sistema que se presenta como caduco, inoperante, incapaz de generar nuevas formas de entender el servicio público de los electos. No podemos con tanto incompetente que, para perpetuarse, no cambian leyes importantes que les afectarían. El poder real no está ni en el parlamento nacional, autonómico o local que en la mayor parte de los casos se limita a envolver en papel de regalo lo que los gobiernos nacional, autonómico o local mayoritarios piden. El poder está en los llamados aparatos inescrutables y opacos de los partidos. Que proponen , negocian y nombran a magistrados de los más importantes tribunales y organismos de justicia, consejos de Administración de RTVE y entes regionales y un largo etcétera y los sindicatos hasta designan a dedo a miembros para estar en las comisiones y tribunales de oposiciones a funcionarios o contratados en las administraciones públicas. Porque desde ahí presionan para colocar a sus amigos Las sombras son demasiado alargadas.

Hay miedo a disentir desde en los más pequeños pueblos a los más altos gremios. Pocos se arriesgan a decir honestamente lo que piensan por temor a represalias. Las personas han sido enmudecidas. Bien engrasados partidos y sindicatos, por supuesto con dinero de todos. Para ellos no falta. Y la oposición en todos los foros ya puede chillar, que si es minoritaria, es igual que asista a plenos o se quede en casa. Las decisiones son tomadas fuera y antes de los plenos y los demás que chiflen y con ellos silencian a millones. Y a esto llaman ellos participación ciudadana y democracia. No podemos. Esperemos que jóvenes bien preparados intelectualmente y con actitud, pero no en las juventudes de los partidos, creen asociaciones y unidos encaucen, cumplan lo que prometen. Algunos dignos representantes políticos se pueden haber sentido heridos. Les pido disculpas.