Una vez más ha quedado demostrado que no es más fuerte quien de ello alardea sino quien sabe jugar mejor todas sus bazas.

El domingo Nadal ha ganado a Djokovic porque salió a la pista más preparado y, sobre todo, más mentalizado que el serbio. Desde los primeros juegos se vio que Rafa había preparado mejor el partido que Novak, que salió a la central del estadio Roland Garros pensando que le había llegado la hora de destronar al “Rey de la Tierra Batida”; craso error porque, como dice el refrán: “no se puede vender la piel del oso antes de matarlo”; cosa que hizo el otrora campeón de Wimbledon y hoy uno de los entrenadores de Novak, Goran Ivanisevic, que, para intentar poner nervioso a Nadal, antes de la final decía: “Hoy Nadal no tiene posibilidades ante Djokovic. Novak está mucho más fuerte que Rafa y absolutamente mentalizado de que le va a ganar……”.

Con todos los respetos que me merece el único jugador de la historia del tenis que, entrando en el cuadro final de Wimbledon por invitación, es decir, sin ranking suficiente para poder hacerlo, fue capaz de alzarse con el título (Londres, 2001) el domingo ha hecho méritos para ganarse el apelativo de “bocazas”.

Dejando al margen las anécdotas, hay que felicitar de manera muy especial a Rafael Nadal porque lo que ha hecho en la pista Philippe Chatrier, en París, hará historia; y si no que se lo pregunten a quien más ha ayudado Rafa a lo largo de toda su carrera, su tío Toni, con quien pude cruzar unas palabras antes de la final. Toni me decía: “Hoy Rafa, además de jugar muy bien también tiene que tener suerte, porque contra Novak nunca es suficiente jugar bien, hay que hacer algo más….” Y Rafa lo ha hecho, ha salido a la pista dispuesto a desquiciar al número 1 del ranking mundial, lo que ha conseguido cambiándole constantemente los tiros: fuertes y blandos, altos y bajos, paralelos y súper cruzados, liftados y cortados…etc., es decir, toda una lección de juego para los que quieran aprender a jugar al tenis, porque no todo es pegar fuerte a la bola, también hace falta saber cambiar el ritmo, las direcciones y hasta los efectos.

Por esa lección magistral, y porque has sabido jugar mejor que Novak todas las cartas del tenis ¡Muchas felicidades, Rafa!

Y, como siempre, muchas gracias también por seguir siendo un ejemplo fuera de la pista. Que yo sepa, Rafa jamás alardea de nada; su única preocupación siempre es “tratar de mejorar los golpes y, sobre todo, la actitud”.