Este dilema es uno de los grandes fracasos de nuestra democracia. La Justicia de altura en este país sigue jugando en gran parte a los intereses políticos partidistas de aquellos que los nombraron o apoyaron, ya sea la Fiscalía del Estado hasta los tribunales superiores. Ya se pueden molestar o escandalizar muchas señorías, con togas y puñetas bordadas, que el ciudadano de la calle lo sabe desde siempre y la confianza que tienen en la Alta Administración de Justicia está por los suelos ya que la mitad de los españoles considera que la Justicia en España funciona mal o muy mal ¿Por qué se creen que el Partido Popular se niega a renovar los miembros del Poder Judicial según los resultados de las últimas elecciones? Este partido aducirá diversas versiones variopintas, disparatadas y falsas solo para ocultar la cruda verdad: mantener a los suyos el mayor tiempo posible en la poltrona.

Poco importa lo que diga la Comisión Europea al respecto cuando dice que la falta de renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pendiente desde diciembre de 2018, es uno de los "desafíos" más importantes que tiene ahora el país. También dicho informe señala que la relación entre el Gobierno y la Fiscalía General del Estado figura también entre las cuestiones a mejorar en España, donde --añade el informe-- "es objeto de debate, en particular el régimen de nombramiento y la duración del mandato de la oficina del Fiscal General, así como el registro de las comunicaciones con la Ministro de Justicia".

El principio de que la Justicia debe cumplir sus funciones en un marco de independencia y con profesionalidad y las autoridades políticas, por su parte, deben ser respetuosas de esa autonomía en España es una mera quimera.

Como ciudadano me sorprende el bajo nivel humano de tanto juez togado que antepone la ideología política en su función de juzgar con equidad y responsabilidad. Irán con la cabeza muy alta entre sus conocidos partidistas pero el daño que hacen al país es inmenso. Para esas personas debería existir el infierno eterno con llamas y diablillos con trinquete y no para la mayoría de los desgraciados en los que cae el rigor de la Ley.

Estos escritos son solo un desahogo ya que mis ojos no verán este grave problema resuelto. Somos un país de segunda categoría con una democracia muy imperfecta y ahora lo estamos viendo con la pandemia que estamos sufriendo. En vez de estar todos unidos, cada cual va por su cuenta a ver que saca en este mar revuelto. Esto se refleja en todos los niveles desde el Gobierno Central, Autonomías, calidad de la Administración Pública y Regional, Sistema de Salud, Partidos Políticos y cómo no, en los ciudadanos de a pie. No nos libramos nadie salvo las mentiras que uno esté dispuesto a soportar.