Decía el célebre periodista francés del siglo XIX, Émile de Girardin, que "gobernar es prevenir" y que "una mayoría vale lo que vale el gobierno que la pone en movimiento". Aceptando estas dos premisas de la acción política, quiero aprovechar las siguientes líneas para invitar a la reflexión y para insistir en la urgente necesidad de actuar en las Aceñas de Gijón. Una intervención que evite lamentaciones en el futuro por no haber actuado a tiempo, cuando aún era posible reparar el daño y evitar males mayores.

En mayo de 2019 un documento ciudadano, que alertaba la situación de abandono de las Aceñas de Gijón, llegó al Ayuntamiento de Zamora. Una llamada de atención que vino a confirmar una demanda de la sociedad civil zamorana desde décadas pasadas: la actuación de los poderes públicos para garantizar la conservación y la rehabilitación de las Aceñas de Gijón. Un recordatorio de una tarea pendiente que, a medida que se van sucediendo los derrumbes y agudizando su deterioro, se vuelve cada día más impostergable. Desde aquel momento, el Grupo Municipal del PSOE, tuvimos clara la acuciante necesidad de intervenir en el conjunto molinero y en su entorno, y presentamos una moción de urgencia al Pleno municipal en el mes de julio. Ha pasado más de un año y las actuaciones siguen brillando por su ausencia. Han continuado los derrumbes, mientras las pintadas y la suciedad se van acumulando, los sillares se desprenden y el descabalgamiento de uno de los pilares pone en riesgo de derrumbe el puente. Un puente que, hace menos de diez años según el Catálogo de Edificios Protegidos del PGOU (2011), se encontraba en "muy buen estado de conservación". Día a día van saltando todas las alarmas mientras observamos, con impotencia, como nadie hace nada para remediarlo.

Si desde las administraciones no nos ponemos manos a la obra, este monumento del siglo XIV, ejemplo de aprovechamiento del río Duero y reclamo histórico y paisajístico de primer orden para todos los vecinos y vecinas de Zamora, puede estar llegando a sus últimos coletazos. Después de más de cien años, el uso privativo de las aceñas ha caducado y el terreno puede ser revertido a propiedad municipal para comenzar labores de rehabilitación, conservación y protección. Si queremos garantizar su supervivencia es preciso acelerar el procedimiento legal de reversión a titularidad pública de común acuerdo con la Confederación Hidrográfica del Duero, crear un "instrumento específico" de conservación como sugiere el Catálogo del PGOU, y actuar urgentemente para consolidar las ruinas y frenar su deterioro. Medidas que pretendía abordar aquella moción de julio de 2019, que el equipo de gobierno de Izquierda Unida no consideró urgente ni necesario debatir, y que volvemos a poner encima de la mesa un año después.

Desde la asociación Hispania Nostra y su "lista roja" del patrimonio llevan más de un año alertando de esta grave situación y, hace menos de un mes, recordaron como las Aceñas de Gijón "languidecen a la espera de colapsar un buen día de aguas altas". Por todo ello, los concejales socialistas demandamos y seguimos demandando un poco de voluntad política al consistorio zamorano. Insistimos en que, siguiendo el espíritu del proyecto "Flumen Durius" encabezado por el Ayuntamiento de Zamora "para la promoción y valorización de los recursos turísticos del Duero", se inicien acciones de gran calado. Por el momento, solamente tenemos una partida de tres mil euros en los presupuestos de 2020 para la "Recuperación de las aceñas de Gijón”, que aún no se ha materializado en ninguna actuación concreta y que, a todas luces, resultará insuficiente para frenar un ritmo de deterioro que se acelera cada día.

Sabemos que no hay tiempo que perder y que la gravedad de los desperfectos no dejan mucho margen de maniobra, pero estamos convencidos de que no es demasiado tarde para comenzar con actuaciones decididas y continuadas. No queremos que este llamamiento se quede en agua de borrajas ni que caiga en saco roto. Seguiremos insistiendo el tiempo que sea necesario hasta que la inacción desaparezca. Somos conscientes de las escasas fuerzas de las Aceñas de Gijón para seguir resistiendo las continuas embestidas de las aguas del Duero, de la misma manera que somos conscientes del escaso empuje de nuestras propuestas ante la mayoría absoluta de Izquierda Unida.

A pesar de ello, no cejamos en el empeño y seguimos defendiendo aquellas iniciativas que consideramos inexcusables para los intereses de la ciudad de Zamora. También recordamos la aseveración de Émile de Girardin, que manifiesta que "exagerar la propia fuerza significa descubrir la propia debilidad", y esperamos que sirva de aviso para navegantes, para que la escasez de voluntad política del Ayuntamiento de Zamora se convierta, de una vez por todas, en un decidido ánimo por proteger este valioso pedazo del patrimonio de todas las zamoranas y zamoranos.