El COVID-19 y sus consecuencias son una leyenda urbana, por eso en el Hospital Virgen de la Concha, hay prácticamente cuatro plantas ocupadas por contagiados. El cambio climático es otra de las muchas leyendas urbanas que circulan por el mundo, por eso se derriten los polos. La ‘okupación’ es otra leyenda urbana prácticamente centrada en suelo español, por eso hay miles de viviendas destrozadas y una mafia creciente haciendo el agosto con las viviendas de los legítimos propietarios a los que no asiste, de momento, otro derecho que no sea el de la fuerza o el del poder de convicción.

Lo que no es una leyenda urbana es el negacionismo. Hay que ver como se puso Miguel Bosé, con la existencia o no del bicho. Del mismo talante se muestran ínclitos miembros de Podemos, con respecto a la okupación en España. Los socios de Pedro Sánchez, con el beneplácito del presidente, están haciendo del Congreso de los diputados un patio de vecindad de lo más refitolero. Conocidas son la parodia y el negacionismo que los de Iglesias hicieron en la Cámara Baja de un delito que desespera y cabrea a la sociedad española, en los cuatro puntos cardinales de nuestra geografía nacional, en unas provincias más que en otras.

Como a Iglesias, cuya mansión está literalmente blindada por la Policía y la Guardia Civil, nunca le okuparán su vivienda, hete aquí que para él la okupación es una leyenda urbana. Y como a río revuelto la ganancia siempre es de los pescadores, eso dice el refrán, las mafias se están poniendo las botas con el calzador de los demás. A Echenique, que también ve leyenda donde hay realidad, le ocurre tres cuartos de lo mismo. Ellos están blindados y los demás aguantando esa especie de desahucio ilegal y los consiguientes destrozos que los okupas realizan en las viviendas. Porque esa es otra. El respeto a la propiedad privada brilla por su ausencia. Y lo que no roban lo venden en almoneda.

Podemos quiere darle la vuelta a todo. Incluso son capaces de negar la realidad, aunque la estén viendo como la vemos los demás, pero como no la sufren para eso son casta, anden ellos calientes y critique la gente. Y pasa que la gente está hasta los mismísimos. Y eso va a explotar. En cuanto la mayoría despierte del letargo en el que parecen haber caído. Por cierto, recientemente se presentaron en el Congreso una serie de medidas que endurecían las penas para los okupantes. Pues bien, ¿sabe quiénes votaron en contra? Los de siempre, PSOE, Podemos, ERC, PNV, Bildu y BNG.