En su “Séptima Partida”, Alfonso X aseguraba que había juglares envilecidos por el precio de sus representaciones, mientras que otros, los que se conformaban con dar solaz a sí mismos, a sus amigos y señores, esos nunca podrían ser considerados infames. Desde épocas de trovadores y juglares, ese consuelo, ese alivio de los trabajos y ese entretenimiento en el descanso han llegado hasta nuestros tiempos bajo el término de solaz. El ocio y el tiempo libre han ido cobrando cada vez más importancia en nuestras vidas y cualquier remodelación o plan de ordenación urbana debe ser consciente de esta evidente realidad cotidiana.

Tan solo hay que darse un paseo por nuestro casco histórico para advertir la necesidad de medidas que revaloricen el territorio urbano y proporcionen mejores lugares para el esparcimiento de los vecinos y vecinas de Zamora. Únicamente en la zona delimitada por el Plan Especial de Protección del Casco Antiguo (PECH), la ciudad de Zamora cuenta con 78 solares públicos y privados, pero si seguimos observando más allá de sus límites, el panorama no es más halagüeño. Espacios urbanos baldíos, infrautilizados y en estado de abandono, a la espera de un uso concreto para su aprovechamiento, y que como un reguero se van extendiendo por el paisaje urbano. Solares donde el solaz no tiene cabida, focos de suciedad y de maleza cautivos tras alambradas y tapias, que van creciendo mientras esperan el momento de reintegrarse a una ciudad que les da la espalda. Tanto aquellos de propiedad municipal, como los de titularidad privada de común acuerdo con sus respectivos propietarios mediante un convenio, pueden ser acondicionados y destinados para un uso temporal que permita disfrutar de ellos. Por ello, desde el Grupo Municipal del PSOE, hemos presentado una propuesta que permita regenerar territorio urbano y ofrecer valor a los solares de Zamora, muy especialmente aquellos que se extienden cada día desde barrios, como La Horta o La Lana, hacia el cascó histórico.

“SolaZ” pretende responder a este espíritu, entendiendo el espacio urbano como un lugar vivo y en constante proceso de transformación, donde se crea tejido comunitario y lazos sociales. Una visión del territorio urbano como un espacio dinámico, una prolongación de nuestros hogares y vecindarios, donde todos los zamoranos y zamoranas compartimos gran parte de nuestras vidas entre horas de recreo y diversión. De llevarse a cabo, esta iniciativa supondría una apuesta por recuperar espacio público, dándole un nuevo uso provisional a los solares que inundan la ciudad y convirtiéndolos en lugares de encuentro. Los ejes de esta propuesta se concentran en tres grandes direcciones. Por un lado, la modificación de la normativa urbanística local en aquellos aspectos que sea necesario para facilitar el uso temporal, público y privado, de los solares vacíos en el casco urbano de Zamora. En segundo lugar, estudiar la posibilidad de bonificar fiscalmente el uso público de solares privados en las situaciones que no se obtenga beneficio económico. Y, en tercer lugar, iniciar un proceso de participación ciudadana con la finalidad de analizar las necesidades específicas de los barrios, las preferencias vecinales y los usos tradicionales.

Los ciudadanos debemos participar en los procesos de creación urbana, tenemos que ser un agente fundamental que garantice que las actuaciones urbanísticas responden al interés general. Para ello, desde las instituciones municipales tenemos la obligación de fomentar el interés en un urbanismo participativo, donde cada vecino pueda poner su granito de arena a la hora de desarrollar los espacios que van condicionando nuestra vida en comunidad. Ciudades como Vigo y Zaragoza ya se han puesto manos a la obra y han apostado por proyectos de regeneración urbana que acondicionan y ofrecen un uso temporal a los solares que se han ido multiplicando por su casco urbano. En Zamora estas actuaciones se podrían aplicar de manera gradual, ofreciendo una respuesta rápida, económica y sin grandes intervenciones que modifiquen el conjunto del espacio ni que requieran elevadas inversiones. Dichas intervenciones pueden ser muy variadas y orientarse en distintos ámbitos, pasando por los usos dotacionales, ampliando zonas verdes, áreas recreativas, parques infantiles y espacios deportivos, llegando hasta la creación de aparcamientos disuasorios o la cesión para usos hosteleros. Esta última, una medida especialmente acuciante si tenemos en cuenta el mal momento que está pasando el sector como consecuencia de las restricciones que el coronavirus ha impuesto. Las alternativas son muy diversas si queremos ir convirtiendo nuestro entorno urbano en un espacio más acogedor, tanto para residentes como para visitantes.

Los solares no solo transmiten sensación de dejadez y de abandono, sino que lastran la belleza de nuestro patrimonio e impiden el disfrute de gran parte de nuestra geografía urbana. Las ciudades son espacios vivos que, para resistir el paso del tiempo, se deben reinventar, evitando verse carcomidas por terrenos alejados de la ciudad, de sus vivencias cotidianas, de sus usos y costumbres, y de los lugares de encuentro donde día a día, zamoranas y zamoranos, buscamos solaz.

(*) Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Zamora