Estimado Iñaki:

Hace tiempo que leí y ahora, al inicio de un nuevo comienzo, recuerdo, tu carta de despedida. Sabes que las circunstancias se presentan, cambian, las manejamos como podemos y hasta se van. Pero también sabes que las pasiones cuando llegan se acurrucan, hacen hueco, nos manejan y normalmente se quedan, por eso para ti y para otros que como tu han estado o aún están en o con el club de Viriato, te doy, os doy, las gracias por haber tenido un sueño, por convertirlo en ilusión y por hacerlo realidad.

Gracias por el esfuerzo de convertir lo pequeño en grande, por poner a Zamora en la órbita del balonmano y sobre todo gracias por acoger a los que llegan, con el cariño de una gran y numerosa familia.

Tu despedida solo será un cambio, un giro porque seguirás estando, espero que sigas aportando ganas, compartiendo experiencia, impartiendo magisterio y poniendo ilusión de balonmano a orillas del Duero... Espero, en definitiva que sigas siendo el jefe.

“Otro apasionado leonés que tiene un hijo ya, medio zamorano”.

Antonio Javier González