“Cuando no se puede lograr lo que se quiere, mejor cambiar de actitud”. Una frase lapidaria de Publio Terencio, con más de 2.000 años de antigüedad y de plena actualidad, que bien se puede aconsejar a los portavoces de los principales grupos políticos que conforman la Diputación de Zamora.

Durante estos días se han sucedido las interpretaciones dispares al balance que realizó este equipo de gobierno de su primer año de mandato al frente de la institución provincial. Interpretaciones, en su mayoría, con poco argumento y mucho artificio.

Hemos leído y escuchado calificativos como: triunfalismo, continuismo o política de escaparate. Pues bien, creo que o bien en los plenos y comisiones donde se dan cuenta de los asuntos más importantes de esta institución, los portavoces de estos grupos no han estado atentos o se encontraban “a por uvas”, dado su grave desconocimiento de la realidad de los proyectos, que desde el equipo de gobierno llevamos desarrollando desde hace poco más de un año.

Y argumentos voy a ofrecerles, una vez más, para que puedan seguir realizando su legítima función de oposición, pero desde la realidad y a través de datos objetivos.

No hay triunfalismo alguno en la descripción de la labor que desarrollamos desde la institución que presido, aún menos en un año tan terrible como el que estamos viviendo y en el que en cada una de nuestras intervenciones no podemos sino mostrar nuestra solidaridad con todas las familias afectadas por la pandemia, y que han perdido a algún ser querido. Es incluso ofensivo calificar así la actitud de este equipo de gobierno que, dentro de sus posibilidades, ha trabajado para paliar, las consecuencias de la Covid a través de las desinfecciones de los operarios del Parque de Maquinaria de la Diputación que, de forma voluntaria, trabajaron sin descanso en más de 1.000 actuaciones por los pueblos de la provincia. Como también lo hicieron los diputados de las distintas áreas que, coordinadamente, consiguieron que no faltara material sanitario y de protección en la Residencia Virgen del Canto de Toro o repartieron pantallas protectoras y mascarillas en los municipios de Zamora.

No todo vale, y con ciertos temas, que no cuenten con este presidente ni con este equipo de gobierno.

Respecto al continuismo, la misma situación que se da en el equipo de gobierno de esta institución constituye un cambio por sí mismo que se plasma en los continuos proyectos que llevamos avanzados. Esta misma semana anunciábamos que la Diputación se encontraba en disposición de realizar ya la oferta de compra de los terrenos de Ecobarcial para el proyecto de la biorrefineria. Su propio promotor, Vicente Merino, apuntaba que los trabajos comenzarían a finales de año y que en 2022 la biorrefinería sería una realidad, con cientos de trabajos creados.

No hay escaparate, ni artificios, Hay trabajo y más trabajo, que también agradezco a los funcionarios de la Diputación de Zamora. Los terrenos donde se ubicarán son los idóneos, apropiados y factibles, al no existir otro bien que cumpla con dichas características y singularidades, tal y como queda recogido en el expediente aprobado. Bien, no había posibilidad de otros, por mucho que la portavoz de IU quiera enredar. Una actitud que ha convertido en ‘marca de la casa’, ya que empieza a ser característico en su labor de oposición, porque al final solo sigue el mantra de “cuanto peor salga todo, mejor para mí”.

Así lo ha demostrado intentando denostar, con escaso éxito, proyectos pioneros como el Silver Economy que ya ha conseguido un primer espaldarazo por parte de Europa a través de la concesión de una subvención para el sello de calidad de los cuidadores de mayores. Un primer paso, de un proyecto que se presentará por fases y en el que se contemplan ayudas por valor de 40 millones de euros.

O intentando confundir sobre el destino legal al que puede destinarse la partida sobrante de las ayudas a los autónomos y empresas por la COVID19. Desde esta institución se cumple escrupulosamente la ley y se atiende al criterio que nos indican los funcionarios de la Diputación, sin cuestionarlos continuamente ni apartarlos de las funciones que les son legítimas.

Podría seguir enumerando proyectos que empezarán a materializarse a primeros de año como el Parque Tecnológico que se ubicará en la zona de La Aldehuela o recordar que, por primera vez, los planes anuales incluirán a Toro y Benavente.

También adelantar que seguiré recorriendo la provincia y hablando con los ciudadanos a pie de calle, con los emprendedores y empresarios porque solo así se consigue poner en marcha programas de ayudas exitosos, como las nuevas bases de emprendedores que han conseguido agotar su presupuesto. Animo a los que tenemos responsabilidad institucional a salir de los despachos y a ofrecer soluciones reales a los ciudadanos. Es algo que les debemos.

Quedarse solo en la presentación de una nueva imagen institucional en un intento de enredar, sin éxito, resulta banal, superfluo y demagógico. Que con esta institución y este presidente no cuenten para entrar en polémicas de este tipo, estamos demasiados ocupados en trabajar por el desarrollo de esta provincia.

(*) Presidente de la Diputación de Zamora