En estos días agitados por la pandemia los españoles tenemos una preocupación añadida, los efectos que tendrá sobre la economía si no se pueden aprobar los nuevos presupuestos del Estado para el próximo año. Es posible que los partidos políticos, excepto Vox y el PP, se pongan de acuerdo para mejorar el futuro del país; es notorio que ya lo han mejorado bastante durante este par de años de Gobierno Socialista.

Con la llegada de cientos de miles de millones de euros de las arcas europeas para minimizar los efectos del coronavirus, deberíamos vivir un tiempo de oro en la democracia española si el partido en el que manda don Pablo Casado se diera cuenta de que sería bueno admitir que el partido colocado a la izquierda del PSOE liderado por el vicepresidente Iglesias es tan español como el PP.

Recuerdo que cuando el presidente del Gobierno actual ganó la “moción de censura”, escribí un artículo cuya tesis era que a partir de aquel momento, y cualesquiera que fueran las circunstancias, la gresca con el PP estaba garantizada. Yo siento vergüenza ajena cada vez que oigo a alguno de los portavoces de ese partido o al mismo presidente, si es así como figura en los papeles, justificar por qué no aprueban los presupuestos. Simplemente dicen que es porque no le gustan los militantes de Podemos. Es una de las múltiples formas de colaborar en la revancha de los populismos y de ayudar al renacimiento de los nacionalismos.

¡Ah! que usted no se lo cree mire a su alrededor y verá como el país con el mayor poder de armas de destrucción masiva, y estas si son de verdad, su presidente ha sido elegido democráticamente y ahora su tarea consiste en dividir a los estadounidenses en buenos y malos patriotas y se ha erigido en dador de los carnets a unos y a otros. En los cuatro años de su mandato se ha esforzado mucho en introducir la desconfianza en muchos países y desestabilizar las democracias en el mundo incluido su país. Hasta ahora no ha conseguido ni una cosa ni la otra, pero sigue insistiendo.

Los miércoles a partir de las 22 horas emiten en la 2ª cadena de TVE un programa sobre la II Guerra Mundial, yo les invito a verlo es una buena forma de vacunarse tanto contra los populismos como contra los nacionalismos. Setenta y un año después de creada la OTAN, una alianza que ha sabido adaptarse a la evolución del entorno estratégico con la creación del Mando Transformación el año 2003 y a la continua actualización de su estructura y su doctrina estratégica. Y al parecer con vocación de futuro. A mí personalmente me da una enorme garantía, sobre todo, para contener los nacionalismos xenófobos.

Tampoco son buenas las perspectivas en Europa, en Hungría, Polonia y en Alemania y Austria, no sé si se está creando un nuevo capítulo o se está intentando desmantelar el existente, en todos estos países hay radicales adversarios del sistema europeo, esperemos que unos y otros tengan los días contados. Pero váyanse haciendo a la idea de que, Erdogan es el nuevo Putin en Turquía, que tratará de colaborar con todos los radicales europeos con los inmigrantes por medio.