Los chicos listos leen libros. Este anuncio o cartel publicitario que vemos en algunas librerías, siempre me ha llamado la atención por el mensaje que contiene, máxime por la gracia del niño que aparece en la foto, que nada más verle se aprecia que es un niño listo, vivo, dándole sus gafitas un aspecto especial de niño espabilado.

Sentado lo anterior y, teniendo en cuenta que la lectura diaria es parte esencial de la base de la cultura, hay un aspecto sobre el que quiero hacer una breve reflexión a través de estas líneas que, es el referente al vocabulario y al significado de las palabras. Estoy finalizando la lectura de la novela Nazarín, de D. Benito Pérez Galdós, y he podido apreciar nuevamente, el amplio vocabulario de Galdós, y la precisión de su empleo, en el momento y lugar adecuados.

Recuerdo que, de pequeños, se nos recomendaba tener siempre, al alcance de la mano, un diccionario y especialmente cuando estábamos leyendo, pues, es imperdonable seguir la lectura sin saber el significado de las palabras de un texto. Un buen diccionario es imprescindible para cualquier lector y su uso debe ayudarnos a conocer el significado o significados de las palabras en su contexto.

Es de destacar que, según el número de palabras o vocabulario que normalmente empleamos en nuestro actuar diario al comunicarnos con los demás; llegamos a la conclusión que a un mayor vocabulario, una mayor visión y comprensión del lenguaje. Es conveniente tengamos un amplio vocabulario y ello como bien sabemos, se adquiere con la lectura diaria, como puede ser la prensa que, solemos leer a primera hora de la mañana, o el libro que tenemos en la mesilla de noche y, que a veces nos engancha y nos resta horas de sueño.

Uno de los objetivos de todo lector debe ser ampliar su vocabulario y el empleo del mismo correctamente, es fundamental disponer de un extenso abanico para poder ser utilizadas en nuestras conversaciones o escritos. Leía recientemente, una definición del concepto de vocabulario que, me pareció sumamente ilustrativa y fácilmente comprensible que, me permito transcribir aquí: “ El vocabulario es el conjunto de palabras que forma parte de un idioma o lenguaje específico, conocido por una persona u otra entidad ...”.

Es el vocabulario que el sujeto comprende sin problemas, pero que además es capaz de utilizar cuando lo necesita sin necesidad de ayuda. La lectura está íntimamente unida a la adquisición de vocabulario y al correcto empleo del mismo tanto a nivel escrito como hablado. Honestamente creo, que tanto a nivel familiar, como en la escuela se debe fomentar la lectura, a fin de que los alumnos se aficionen y, si es desde la infancia mejor y, comiencen a leer e ir adquiriendo vocabulario, vocabulario que se irá ampliando a lo largo del tiempo y ello les servirá para tener un mejor concepto de la realidad.

Hemos de fomentar la lectura y la escritura en edades tempranas, pues, ello les servirá para ir adquiriendo, poco a poco, conocimientos que, les serán de gran utilidad para el estudio, en años posteriores, en la Universidad y en su vida profesional y laboral.

Soy firme defensor del estudio del latín y del griego porque son de gran importancia a la hora de conocer el origen de las palabras y su significado, y, no lo duden, lo más mínimo, se lo digo por experiencia profesional, sus conocimientos les serán de gran ayuda y utilidad en sus estudio superiores, bien de letras o de ciencias.

Los lectores de nuestro diario LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA conocen perfectamente la sección dominical “Nuestras palabras”, por la Asociación Cultural Zamorana Furmientu, que es fundamental para conocer el rico y variado vocabulario de nuestra querida provincia. Les recomiendo su lectura dominical, con atención, pues, nos atañe a todos, es herencia de nuestros mayores y forma parte de nuestro patrimonio cultural. Recuerden la frase “Quien olvida su historia está condenado a repetirla”.

Para concluir, les recomiendo practiquen la lectura, y observaran como su vocabulario va en aumento, pues, como podemos apreciar fácilmente, se está perdiendo al ser las comunicaciones generalmente por vía correo electrónico o por whastsapp y muchas de las palabras empleadas en las comunicaciones mutiladas o con abreviaturas incorrectas.

Hemos de practicar la escritura y fomentar la comunicación epistolar y, por lo que se refiere a los niños, creo que es muy conveniente establecer como deberes hacer redacciones y la práctica escolar de dictados. Se lo agradecerán, pues, sin vocabulario no hay comunicación.

Ánimo, y no olviden que un libro ayuda a triunfar:

Un buen libro para comenzar a leer, puede ser El Quijote.

Pedro Bécares de Lera