Desde que se hizo cargo del mando del Partido Popular don Pablo Casado Blanco he estado pendiente de sus discursos, no porque piense que va a alcanzar la presidencia del Gobierno, el señor Casado es como los frutos salvajes del bosque se caen antes de terminar de madurar. Para describirlo he intentado utilizar alguna metáfora cinegética pero por ahora no parece un trofeo de caza, tampoco me parece el personaje de dibujos animados de hace unos cuantos años la Abeja Maya. Se le ve que procede de una extracción social con denominación de origen pero que es incapaz de hacer feliz a nadie. Caer en el lenguaje que utiliza el presidente del PP no pienso hacerlo nunca, me da la impresión de parecerme demasiado a él y a su stand, es un lenguaje que empuja al odio y en estos momentos de pandemia mundial debería relajarse un poco.

He repasado su biografía, que figura en Internet, y podría apodarse el señor de los masters, pero no figura ningún trabajo, ni remunerado ni sin remunerar, en el que haya estado empleado. Debe ser más fácil conseguir un master por Harvard de Alcobendas que un empleo en el que hay que rendir ocho horas todos los días.

En fin, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo invita en cada oportunidad que tiene a que colabore en la gobernanza de España, debería seleccionar a otro que no se enfurezca cuando le hablan de trabajar. Ya ha visto cómo se irrita, incluso cuando Vox, su socio ideológico ,le pide colaboración.

Y ¿qué tiene que ver el señor Casado con el onagro zamorano? Es un cuento moral muy antiguo que nos contaba la maestra de mi pueblo, doña Ramona, cuando quería meternos en la cabeza, a “macha martillo” alguna buena idea. Dice así: “Iban el abuelo y su joven nieto de viaje subidos en un asno zamorano un poco flaco, al pasar por un pueblo la gente censuraba que fueran los dos subidos en el pobre asno; en el pueblo siguiente se bajó el abuelo y los vecinos del lugar afeaban al niño que dejara ir al abuelo a pie; en el siguiente pueblo era el abuelo el que montaba al borriquillo y también le afeaban que dejara ir a un chiquillo andando. Sólo le quedaba la opción de cargar ellos con el asno, no sé sí la ensayaron, pero seguro que también serían criticados. Ahora anda de mudanzas en la casa. “Salimos de Guatemala y nos metemos en Guatepeor”.

En eso se parece la política del PP de Pablo Casado con el onagro zamorano, en que este animal tiene muy mal genio y debes estar atento a los mandobles de sus patas traseras. El asno zamorano-leonés es un animal de aspecto robusto, domesticado en el siglo V a. de nuestra era, es muy noble y su antepasado parece ser que es el asno salvaje africano. Es famoso el burro “Platero” del poeta español, premio Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez.

(*) Portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Peñausende.