Le atribuyen a un famoso torero de hace un siglo, el Guerra, una anécdota incorporada desde entonces al lenguaje popular. Al diestro acababan de presentarle a un señor que quería conocerle y que se deshizo en elogios hacia el arte taurino del matador andaluz. Y éste, que hablaba poco y casi siempre con sentencias, preguntó:

–Y el señor ¿qué es?

–Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos (Hay versiones que le atribuyen otra profesión igualmente rara para la época)

Al oír a su interlocutor, el Guerra soltó:

–¡Dios mío, hay gente “pa tó”!

Solo así, habiendo gente “pa tó”, se puede explicar lo sucedido el pasado fin de semana en Vime de Sanabria. Pongámonos en situación: llega un sujeto, al parecer algo vinculado al pueblo y con alguna propiedad en él, y lanza por las inevitables redes sociales la convocatoria de una fiesta. Y varias decenas de personas (o lo que fuesen) responden a la llamada sin encomendarse ni a dios ni al diablo, sin reparar en nada, sin tener en cuenta que estamos como estamos y, probablemente, sin preocuparse por comprobar si era verdad o un invento lo que aseguraba en Internet el organizador. Me los imagino poniendo el GPS, cargando los coches y los bolsillos con lo imprescindible para tal evento y, hala, a Sanabria, que no sabemos dónde está pero tiene buena pinta: el campo, la montaña, la España vacía, los paletos que andan por allí con taparrabos, boina y cachava; y nosotros de modernos, de guais para epatar al personal y envolverlo con el humo de los porros y las caricias de las rayitas. Un fin de semana ideal. Para que luego digan que en las aldeas no existe diversión. Y si no la hay, nosotros la llevamos. Y fecha de tal efeméride quedará en los anales de la historia.

Desde que me enteré da la movida de Vime he estado dándole vueltas al asunto. Y siempre alrededor del mismo eje: ¿qué coños pasaría por la cabeza de los asistentes para meterse en tal fregao?, ¿o es que se dejaron las cabezas, cada cual la suya, claro, en sus respectivos domicilios y a Sanabria trajeron otra cosa aun sin identificar?, ¿de los ciento y pico que se desplazaron ninguno pensó que podría pasar lo que pasó, o les daba igual y el único horizonte a corto plazo era liarla sin más?, ¿al ver la reacción de los vecinos, ninguno cayó en la cuenta de que aquello acabaría como el rosario de la aurora? Se me acumulan las preguntas. Y no encuentro respuestas, salvo la ya mentada del “hay gente pa tó”

Tal vez alguno de los excursionistas acierte con la contestación cuando les lleguen las multas, que pueden ser cuantiosas a juzgar por los presuntos delitos cometidos y por la sensibilidad especial que existe en estos momentos ante tamañas infracciones. Otra cosa distinta es que las abonen. Mucho me temo que la mayoría se declare insolvente, aunque tenga coche, dinero para alquilar un generador, pasta para meterse lo que sea menester y un largo etcétera. Convendría que las autoridades nos tuvieran al corriente del desenlace. Más que nada para saber si las sanciones se corresponden con lo anunciado o vienen las mermas y la cosa no es para tanto.

Y puestos a hablar de autoridades, también convendría saber si no pudieron actuar antes y tuvieron en vilo a los vecinos de Vime más de dos días con sus correspondientes noches. Ya conocen el refrán: unos por otros la casa sin barrer. Todos, faltaría más, obraron bien, por el libro, protocolo a rajatabla, pero creo que el señor (y la señora) de a pie no acaba de entender que si falta un papel, que si el juzgado no puede actuar si la autoridad sanitaria, la Junta, no dicta la orden de desalojo, que si la Guardia Civil, pese a personarse con diligencia, estuvo maniatada porque la orden judicial no llegaba… Y todo en fin de semana, que también suele contar a efectos de rapidez. Y con los vecinos de los nervios por la invasión, por el ruido diurno y nocturno y, especialmente, por el miedo a contagios, a que aquella banda trajera a Vime lo que todos temían. Y, obviamente, por la más que discutible decisión de la Delegación de la Junta de considerar el viernes un asunto “privado” la fiesta-acampada. Dos días después ya no era tan “privada” y ya todo el mundo andaba a doscientos por hora para proceder al desalojo y calmar a las gentes de Vime. ¿Intuyen lo que hubieran dicho San Damián, Barrios, Maíllo y demás próceres populares si el retraso se hubiese debido a algún cargo socialista o, santigüémonos, de Podemos?, ¿Cuántas dimisiones se habrían pedido?

En fin, no se olviden de que, incluso en estos tiempos duros, hay gente “pa tó”.