Los gustos del presidente del Gobierno son los mismos que tienen los miembros de la realeza en todo el mundo. Los palacios le privan. La ostentación que hace del avión Falcon que le ha valido ser llamado ‘falconeti’, y de los palacetes y palacios de Patrimonio Nacional, lo sitúan a ese nivel y no al de un republicano. A no ser que los republicanos tengan los mismos gustos que la realeza. Viendo la metamorfosis de Iglesias el pensamiento es válido.

Tras varias semanas presionando a la Casa del Rey para forzar la salida de España de don Juan Carlos y con el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, atacando de manera sistemática a la Monarquía mientras trata de lavar el cerebro a los más jóvenes y a los más vulnerables, el presidente del Gobierno de España, disfruta de sus más que merecidas vacaciones en un palacio que la propia Familia Real española ha utilizado en ocasiones. Esa residencia no es otra que la casa-palacio de La Mareta, ubicada en Lanzarote, mandada construir por el rey Hussein de Jordania, que nunca llegó a ocuparla, y cedida en 1989, como obsequio personal, al entonces Rey de España don Juan Carlos quien, a su vez, la cedió a Patrimonio Nacional.

La casa-palacio, diseñada por el artista César Manrique se levanta en un enclave maravilloso. Todo lo que se pueda decir de ella es poco. Pedro Sánchez ha vuelto por segunda vez. Se ve que le va la marcha real. Ni los preocupantes y constantes rebrotes, ni problema nacional alguno, han hecho desistir a Sánchez de ese garbeo al que le ha cogido saborete. Es posible que sus vacaciones culminen en otro palacete el de Las Marismillas. Son muchos los españoles que han hecho una doble lectura y muchos más los que han criticado el hecho de que el presidente del Ejecutivo veranee en un palacio real, pagado con el sudor de la frente de todos los españoles, mientras el Rey Juan Carlos, se ha visto obligado a abandonar España, pagándose el alojamiento de su bolsillo salvo que el emir de Dubai, amigo de Su Majestad, lo considere su invitado.

Las de Sánchez son sin duda unas vacaciones a cuerpo de Rey. Más vale que subastaran el palacete o lo convirtieran en Parador Nacional para que Sánchez deje de ponerse en evidencia.. Su falta de tacto en esta como en tantas ocasiones, ha concitado críticas dentro y fuera de las redes sociales. Algunos opinan que sólo le falta salir a navegar en el Azor. La ostentación parece ser el santo y seña favorito de Su Majestad don Pedro Sánchez.