Como en la novela de Gabriel García Márquez, “El coronel no tiene quien le escriba”, los habitantes de los pueblos de Zamora se pueden pasar semanas esperando una carta que no llega porque este verano Correos no sustituye las vacaciones de los trabajadores, y en lugar de repartir diariamente sólo van a hacerlo una vez por semana.

Eso si hay suerte. Porque si siguen los recortes en la empresa pública, recibir una postal de verano va a ser un milagro, bien porque las fotos del móvil han acabado con los expositores giratorios de postales en quioscos y tiendas de souvenirs; o bien porque por largas que sean las vacaciones, se corre el riesgo de estar de vuelta antes de que llegue la postal.

Y quien dice la postal de la playa, dice el recibo que ahora se consulta en la banca digital, la cita para la consulta médica que hace por teléfono o Internet, o la concesión de la pensión como la que esperaba durante años el coronel a quien nadie escribía. Mucho antes ya habían desaparecido las cartas personales que a veces llegaban como cantaba Julio Iglesias “con sabor amargo, con sabor a lágrimas” o “que te dan la vida, que te dan la calma”.

Las nuevas tecnologías han ido acabando con las cartas de papel y lápiz, pluma o boli, que enseñaban a redactar en la escuela: con su saludo más o menos formal o cariñoso, estimado o querido o amado; dos puntos y aparte; espero que al recibo de la presente os encontréis bien, nosotros bien a.D.g. (a Dios gracias); despedida q.D.g. (que Dios guarde) muchos años; lugar, fecha y firma. Y en medio, que te hablan de que en la distancia “el cariño crece”, o “el amor se muere”.

Nada que decir si es el progreso y ahora puede bastar con las abreviaturas del “guasap” o del “tuiter”, algunas tan divinas como las anteriores, como OMG (Oh My God), si no fuera porque en Zamora el progreso históricamente ha llegado avasallando y anulando derechos.

Avasallando llegaron las grandes presas hidroeléctricas que inundaron pueblos enteros de los que tuvieron que irse los vecinos con su memoria a cuestas e indemnizaciones ridículas, para producir la electricidad que era el progreso que movía las grandes fábricas que nunca se instalaron en Zamora y que no llegaba ni para dotar de luz eléctrica a la provincia, ni para regar los campos, ni siquiera para abastecer de agua a los pueblos.

Y no exagero porque está en los recuerdos, en los libros y en los periódicos, y porque es mi memoria de maestra de pueblo. Ya estoy prejubilada, pero cuando yo llegué a Porto de Sanabria como maestra, no había alumbrado público (no era una excepción); y en verano había que cortar el agua de abajo para que llegara hasta arriba de la ladera y viceversa (no es una excepción ni siquiera ahora, en pleno siglo veintiuno). Mientras tanto, todo el monte era una sucesión de presas dedicadas a embalsar agua para producir energía: San Sebastián, Pías y Valdesirgas hacia el Sil; Puente Porto, Cárdenas, Garandones, Vega de Tera, Vega de Conde, hacia la cuenca del Duero.

También en forma de progreso amenazante se vivió la lucha contra la central nuclear de Moral de Sayago, que nunca ha funcionado, y del cementerio de residuos nucleares cuya amenaza no ha desaparecido. Otro tipo de progreso más sostenible llegó a Zamora en forma de energía solar y eólica. La primera fue objeto de negocio con fraude en algún caso; la segunda sigue adelante plantando molinos de viento que son gigantes, amigo Sancho, que a veces los caballeros andantes tienen razón.

Lo que no vino después de tanto progreso fue ni una fábrica que permitiera mantener la población, salvo las de algunos zamoranos que encontraron sobre todo en el campo de siempre un medio de producción agroindustrial pegada a la tierra de productos de calidad, o de otros como intentan ahora los quijotes de la Biorrefinería de Barcial del Barco.

Y ahora vienen recortando en Correos porque se escriben pocas cartas, porque se ha privatizado parte del servicio, y porque los regalos llegan en furgonetas de paquetería rápida. Y quedan pocos carteros que te conozcan por tu nombre y apellidos y den fe de que sigues viviendo porque te hacen algún recado añadido por favor. Pero aquí no ha llegado todavía Internet y la digitalización rural es objeto de más promesas que la reapertura del ferrocarril de la Plata que nunca se abrió.

Quitan consultorios antes de implantar la telemedicina. Quitan Correos antes de que lleguen mensajes por Internet, y sin cobertura de móvil y cortes continuos del teléfono fijo para hablar con los hijos y nietos, o pedir cita al médico. Las asociaciones que han sobrevivido en los pueblos se quedan sin subvención porque no pueden acceder a la administración electrónica. Han llegado grandes autovías donde se pusieron todas las complacencias del progreso, que atraviesan los campos desiertos dividiendo el terreno; pero el autobús que paraba en la Plaza del pueblo ya es a la demanda, y no comunica con el Centro de Salud Comarcal.

¡Esto se merece una carta de protesta! ¡De las de antes!

Estimados Srs. de los variopintos Gobiernos contra mi tierra:

Espero que al recibo de la presente se encuentren Vds. y sus familias bien de salud y trabajo. Nosotros bien a.D.g.

No sé si recibirán esta misiva a tiempo de poner solución al último problema de mi tierra, porque precisamente el último es la falta de carteros que garanticen que si hay algo importante que comunicarnos de manera oficial a través de correo certificado, o si le sucede algo a mi familia de fuera que tuvo que emigrar hace años, se nos puedan comunicar las noticias a través de una carta. Pues ya saben Vds. que ahora se utilizan en las ciudades los medios digitales, móviles o internet, pero por mi casa no han pasado tan importantes señores; y aunque pasaran, nosotros no somos analfabetos de letras pero sí analfabetos digitales. Tampoco somos de quejarnos si no fuera que es una necesidad, porque en el pueblo ya quedamos muy pocos. Algunos dicen que es un derecho como el médico o la escuela, y por eso ponemos en su conocimiento nuestra situación. Para que Vds. que mandan puedan resolverla.

Espero que llegue su respuesta en uno de los camiones de Correos tuneados para conmemorar la lucha LGTBI, porque somos defensores de todos los derechos humanos. Pero si es en el amarillo de siempre, bienvenido sea y que siga muchos años.

Se despide de Vds. esta zamorana que lo es, deseándole que Dios guarde a Vds. muchos años. A ver si alguno de ellos se acuerdan de nosotros.

Recuerdos de la buena gente de este pueblo que se dirige a Vds. con todo respeto.

En Zamora y avanzado el Siglo XXI.

P.D. Dicen en el periódico que se ha ido el rey emérito como se fue con todos los merecimientos su abuelo ¡A ver si va a ser la República la que nos ayude a arreglar estos problemas!