¿Cómo podemos estar pensando en vacaciones y en paraísos tropicales con la situación alarmante que, a todos los niveles, está sufriendo España? El coronavirus enferma, el coronavirus mata y el coronavirus desangra a la industria española que decrece y decae con lo que eso supone en puestos de trabajo. Dos compañías auxiliares del sector aeronáutico, han anunciado que van a reducir sus plantillas en 1.250 efectivos debido al desplome que está sufriendo el sector aéreo. ¿Y qué sector no ha colapsado ya o está a punto de colapso? Bueno, creo que se libran el futbol y algún que otro deporte más que suelen llevarse calentito el dinero de las administraciones, como Ayuntamientos y Diputaciones que, en lugar de destinar sus recursos a matar el hambre, a promover puestos de trabajo, destinan recursos y más recursos a menesteres deportivos que poco ayudan a paliar tantas necesidades.

El transporte aéreo también está sucumbiendo a este puñetero bicho y sus consecuencias que son aterradoras en lo sanitario, en lo económico y en lo social. No es que se hayan reducido los vuelos, que también, es que la demanda de nuevos aviones se ha retraído, lo que está provocando un seísmo de magnitudes insospechadas entre los fabricantes. De lo primero que prescinden las empresas cuando las cosas vienen mal dadas es de los trabajadores. En unos casos constituyen un excedente insoportable y en otros una necesidad perentoria para tratar de salir adelante. Cuantos más brazos, mejor.

Nos estamos empezando a enterar ahora de lo que tantas veces he repetido, la importancia del día después. Estamos en el umbral del día después en el que entraremos de lleno pasado el verano. Porque en el estío es todo fiesta, jolgorio, alegría, desinhibición, por culpa de la cual también se están produciendo muchos rebrotes que afectan fundamentalmente, ahora, a los más jóvenes. Tengo para mí que no va a quedar libre de contraer la enfermedad ni una sola franja de edad. De contraerla, de transmitirla o de ambas cosas. Hay quien se ha tomado el asunto a chunga cuando todos deberíamos situar nuestra responsabilidad frente al bicho como algo prioritario.

Es curioso porque, compañías como Airnnova, cuya actividad ha caído notablemente, en España despedirán, si no lo ha hecho ya, a 650 trabajadores y tan solo a 300 en sus distintas plantas en el extranjero. Los españoles siempre salimos perjudicados en todo. Ahora que acabamos de entrar en agosto, ya veremos si cuando llegue septiembre los optimistas, y servidora lo es en grado sumo, siguen viéndolo todo tan maravilloso. Si la industria se desangra, nosotros vamos detrás. No tardaremos en comprobarlo.