Antaño, cuando Amália Rodrigues ya era famosa y le preguntaban por la fecha de su nacimiento, contestaba que "en el tiempo de las cerezas" y se refería a la recogida de este fruto en Fundão, la pequeña ciudad de la Beira Interior de donde provenía su familia y donde las cerezas tienen mucha fama de calidad, aunque ella misma había nacido en Lisboa. A esta capital poco tiempo antes acudieron sus padres a establecerse, con el deseo de poder tener una vida más desahogada, cosa que no consiguieron y se volvieron a Fudão, pero la pequeña Amália se quedó a vivir con los abuelos en Lisboa.

Amália está inscrita en el registro civil de Lisboa el 20 de julio de 1920, aunque se dice y se escribe que nació el día 1, porque ella también jugó esa fecha concreta. Con sus abuelos, las necesidades familiares la llevaron a que a los doce años comenzase a trabajar como bordadora, luego en una fábrica de chocolate y después como vendedora. En 1936 representa a su barrio en el desfile de las Marchas de Lisboa, cantando el "Fado de Alcântara", tres años más tarde contratada en el Retiro da Severa y tras otra temporada en el Solar da Alegría, el Café Luso la contrata por la entonces increíble suma de mil escudos por noche de actuación, cuando los grandes de entonces cobraban veinte veces menos. Comienza a actuar en operetas, estrenándose en el teatro Maria Vitória en la revista "Ora vai tu" , en 1940.

En 1943 hace su primer viaje artístico a España, invitada por el embajador portugués y al año siguiente va a Brasil, donde tiene un rotundo éxito en el casino de Copacabana y comienza una larga y extensa carrera discográfica y cinematográfica, con ocho películas. En 1961 se casa con César Seabra, ingeniero portugués radicado en Brasil y se multiplican sus actuaciones internacionales, en Edimburgo, Londres, París, Los Ángeles y Nueva York. Los recitales y actuaciones se extienden a ciudades de los cinco continentes y se la acaba conociendo en todo el mundo, convirtiéndose en la embajadora del Fado y de Portugal.

Tuvo un estilo es muy propio, con destacable autenticidad, el timbre adecuado y sabe muy bien usar las pausas, la división de las sílabas, acentuar los silencios, sintonizar con las guitarras con su voz perfecta, fresca y clara. A la que añadía su gran sensibilidad y pasión interpretativa, especial inteligencia y buen gusto para la poesía y la música. Además destacaba su capacidad de comunicación y la entrega total en los escenarios: "la suprema alianza entre la voz, las palabras y la música", dijo de ella el escritor David Mourão-Ferreira.

Desde el comienzo cuidó mucho la selección de las letras y músicas y encargaba fados a los autores más importantes. Especial referencia merece el compositor Alain Oulman (1929-1990), nacido en las Azores; hombre de izquierdas comprometido en la crítica al régimen y que acabó siendo expulsado del país. Ella misma hizo varias letras que, con música de Carlos Gonçalves y Fontes Rocha, tuvieron y tienen mucho éxito y hoy siguen formando parte con frecuencia del repertorio de muchos fadistas, como son "Grito", "Lavava no rio lavava", "Amor de mel, amor de fel", o el famoso y apasionado "Lágrima".

Amália, tras la Revolución de los Claveles, en 1974, sufrió la misma crisis de desprestigio que tuvo el Fado. Desde las filas de los radicales de izquierdas, se la tachó injustamente de colaboradora del antiguo régimen. En cualquier caso, superadas unas acusaciones equivocadas, el público le rindió un gran homenaje en el Coliseo dos Recreios de Lisboa en 1985 y en 1990 el Presidente de la República Portuguesa, el socialista Mario Soares, le impuso la mayor condecoración que hay en Portugal, la de la Ordem Militar de Sant'Iago da Espada.

De Amália Rodrigues se continúan editando cientos de grabaciones, con millones de ejemplares, se realizan espectáculos musicales con su biografía y es la referencia por antonomasia de todos los artistas del Fado. Los que no están muy puestos en el mundo del fado, cuando oyen cantar a una fadista preguntan: "¿es Amália?". Amália es el Fado, aunque el Fado, por fortuna, no se acabe en ella.