Resulta que ahora les ha dado a los yanquis por destrozar estatuas que representan las figuras de Cristóbal Colón e Isabel la Católica. Allá donde se encuentre alguna de ellas cualquier día aparecerá un grupo de "justicieros" y la destruirá a martillazos. Y todo ello como consecuencia del asesinato de un ciudadano negro a manos de un policía blanco, ambos ciudadanos norteamericanos del S.XXI. Grupos de activistas han decidido cometer estos actos y se han puesto manos a la obra pues, según ellos, ambos personajes fueron promotores del esclavismo allá por el S.XV, aunque se dé la paradoja que tanto Colón como Isabel la Católica no pisaran nunca tierras norteamericanas, cosa que si hicieron los conquistadores y pobladores anglosajones. El hecho que esos personajes fueran protagonistas del esclavismo, no quiere decir que lo fueran más que otros muchos de su tiempo como también de siglos posteriores, pues hasta bien avanzado el siglo XIX la esclavitud no fue abolida en los EEUU.

El hecho que sean derribadas esas estatuas no podrá borrar el pasado ni tampoco reformar el presente. Cosa distinta sería explicar, no por parte de ningún grupo político sino por historiadores cualificados, quienes fueron y como se comportaron esos y otros personajes de la historia, e incluso retirar las "molestas" estatuas a otros lugares que no pudieran identificarse como de homenaje.

No es la primera vez que suceden cosas de ese tipo, ya que han sido muchas las veces que se han producido hechos semejantes a lo largo de la historia. Recordemos que en el S. XVIII los protagonistas de la Revolución Francesa quitaron más de cien esculturas de la catedral de Notre Dame de París, que llevaban allí la friolera de quinientos años, y les cortaron la cabeza a otras veintiocho. Lo anecdótico es que lo hicieron pensando que se trataba de reyes franceses, cuando en realidad correspondían a los Reyes de Judá. Unos años después Víctor Hugo, tras inspeccionar la Catedral, y a propósito de aquel vandalismo, llegó a decir aquello de que hay "mutilaciones en todas partes por dentro y por fuera" y también que "el sacerdote las embadurna, el arquitecto las rasca y el pueblo las derriba".

Otro hecho que dio la vuelta al mundo fue la destrucción, en marzo de 2001, de las gigantescas estatuas griego-budistas en Afganistán, con más de mil quinientos años de antigüedad a sus espaldas. Fueron cañoneadas por los talibanes al haber considerado que eran contrarias al Corán. Ahora se están empezando a hacer los primeros trabajos de reconstrucción de las mismas.

No existe la realidad sin tinieblas, pues aquí mismo, en Zamora, salvando las distancias, fue arrojada al rio, unos meses antes de la Guerra Civil, la efigie del fraile dominico, el toresano Diego de Deza. El dominico en cuestión había sido catedrático y arzobispo, además de Inquisidor General de la corona de Castilla, y medió ante los Reyes Católicos para promocionar la misión de Cristóbal Colon en sus viajes a América El busto que ahora se encuentra ubicado en un pedestal, junto a la iglesia de San Ildefonso, corresponde a una réplica que data de 1944, y hasta el momento nadie ha protestado por ello.

En España, actualmente se encuentra abierto a debate lo que debe hacerse con el Valle de los Caídos, y son contados los que les ha dado por decir que hay que volarlo con dinamita. Más bien se está pensando en que siga existiendo, si bien dándole un uso distinto al que tenía asignado hasta hace muy poco tiempo, explicando la verdadera historia de esa obra, auto exaltación de un dictador y levantada con el trabajo de prisioneros políticos. No sirve de nada precipitarse en ésta y en otras decisiones, como tampoco cabe hacerlo para decidir si un film es bueno o malo en función de que muera o no el bueno o el malo de la película.

Estatuas de Franco, ecuestres o no, han sido retiradas de lugares que ocupaban lugares de privilegio, pero no se sabe de ninguna de ellas que haya sido destrozada, ni tampoco estrellada contra el suelo para comprobar si era roja por dentro, como las sandías. Eso no deja de ser una señal del comportamiento cívico de los españoles de hoy, a pesar que algunos pudieran tener motivos para estar resentidos, posiblemente en mayor grado que los ciudadanos de la primera potencia del mundo con respecto a las estatuas de Colón e Isabel.

Pues eso, que, aunque no lo parezca, los españoles somos bastante civilizados y lo que es mejor, empezamos a ser pragmáticos, ya que tomamos determinadas decisiones no por convencimiento sino por conveniencia.