Meses atrás, este periódico informaba de que los registros civiles están a punto de desaparecer de los ayuntamientos y el servicio se centralizará en cuatro capitales de provincia de Castilla y León, obligando a los vecinos de los pueblos a desplazarse. Tiene razón la vecina de Manzanal de Arriba al manifestar una pregunta en medio de una sesión plenaria: "¿para pedir una fe de vida voy a tener que ir a Valladolid?". Esa es la situación que se va a generar cuando se supriman los registros civiles de los ayuntamientos, tal y como se crearon en 1870. Cierra la intervención explicativa en el pleno el funcionario, y la vecina vuelve a preguntar: "¿Pero tengo que ir a Valladolid para certificar que estoy viva?". La precarización de servicios públicos en el medio rural avanza imparable, con una ley que ahora centralizará en cuatro capitales los servicios administrativos para los pueblos, lo que ahora es un sencillo de trámite de dirigirse al ayuntamiento o al registro local para pedir el documento. No sé si a la señora de Manzanal se le resolvió el problema o no. Lo que sí debería ser razonable es que funcionarios y autoridades resuelvan este y otros problemas derivados de la digitalización y no encogerse de hombros y decir que cada quien se las arregle como pueda.

Con frecuencia escuchamos aquello del ministerio de la digitalización, firma digital y bandas anchas y pensamos que eso no va con nosotros. Este caso nos dice que todos, personas e instituciones estamos afectados. Por otra parte se insiste en la España vaciada y la necesidad de dotar de personas, estructuras y servicios a estas zonas. Esta Ley , que en parte ha estado dormida desde el 22 de julio de 2011 que fue publicada en el Boletín Oficial del Estado, el 30 de junio entra en vigor plenamente , también el asunto para el que pedía solución la vecina de Manzanal de Arriba. Es decir los certificados que hasta ahora expedían los jueces de paz, en cada ayuntamiento a partir del 30 de junio se harán por procedimiento telemático y este a saber desde dónde. Y esto que puede ser fácil, se presenta como gran problema para no pocos y lo es.

Es la hora de dejar los lamentos y de estar siempre culpando a otros de nuestra situación. Los tiempos avanzan y nosotros con ellos. Si se espera que todos tengan que utilizar firma electrónica, pagos con el teléfono móvil, será el momento de que los ayuntamientos que son los entes más cercanos dediquen parte de sus presupuestos a dotar a todos de estas herramientas individual o colectivamente y, sobre todo, de formación para usarlas, pues habrá que aprender y entiendo que formación y cultura es parte de las obligaciones de las corporaciones municipales. Y las mismas asociaciones de jubilados deberían y podrían pensar en organizar conferencias y cursos de formación para los mismos, ya que los estatutos de las mismas contemplan estas funciones y no estar principalmente esperando a obtener subvencionas par excursiones comidas u otras prebendas personales. Los mismas ONGs , bien ávidas en la obtención de recursos, podrían hacerse presentes en el mundo rural para los mismos fines. Yo, sin ir más lejos, recibo ofertas gratuitas que aprovecho para formarme en estas cuestiones, eso sí en la ciudad, de ONGs. Si dotamos a todos del conocimiento y del instrumento no tendrán que desplazarse, emigrar definitivamente o tener miedo porque en el pueblo no se puede hacer nada. Es la hora de todos y para todos.

Pero queda otro apartado importante, los libros que por ley deben seguir custodiando los jueces de paz son un arsenal de datos y fuente de un gran conocimiento sin explotar científicamente . También los profesores de institutos y sobre todos de la Universidad, el Centro de la UNED incluido deberán planificar investigaciones buscando datos que solamente se pueden encontrar en estos libros como: emigración y movimientos entre pueblos, nacimientos, mortandad, enfermedades, escolarizaciones, evolución de la ganadería, etc. Recordemos que en cada ficha se recogen nombres y apellidos de padres, abuelos, testigos y su lugar de procedencia, fechas de muertes y causas, matrimonios y procedencia de cónyuges, .Esta nueva situación revalorizará el valor documental histórico de estos archivos, de estos libros que son nuestros y los jueces de paz seguirán siendo sus fieles custodios. Y tal vez esos centros para los bancos de datos nuevos, en lugar de ser creados n capitales de provincia, que ya tienen bastante , se funden (cosa improbable ), en cualquier pueblo de la provincia . Y la próxima vez cuando en un pueblo o en un pleno alguien pregunte como en Manzanal de Arriba que pasará, el alcalde con toda su autoridad y poder, le diga, no se preocupe para eso estanos nosotros. Para resolverle el problema.