El Consejo de Ministros del pasado día 29 de mayo, aprobó el llamado Ingreso Mínimo Vital. En primer lugar, me pregunto si el objetivo último del IMV es político y no social o económico.

En segundo lugar, qué es más conveniente la adopción temporal de la medida y su justificación para garantizar rentas a las personas más afectadas por esta crisis originada por la pandemia del coronavirus o el carácter permanente de la medida aprobada por el ejecutivo.

El carácter permanente de la medida, corre el riesgo de generar desincentivos a la búsqueda de empleo y al presunto fraude.

El control o selección de acceso y cumplimiento de los requisitos para su percepción por los solicitantes debe ser rigurosa para que la perciban quiénes verdaderamente lo necesitan por su precaria situación económica y social.

Estamos en recesión y hemos de ser sumamente prudentes y cautelosos, palabras que sueleo repetir hasta la saciedad.

No se puede dejar a nadie, al aire libre o en la cuneta, permítaseme la expresión; hemos de ser solidarios con las personas que se encuentran en una situación de auténtica necesidad, ahora bien, conviene preguntarse el IMV es la solución o no sería más conveniente un subsidio por desempleo en una determinada cuantía durante un período de tiempo concreto y no de carácter permanente?

Hemos de ser conscientes de que para el percibo del IMV se exige estar en búsqueda de empleo, y en mi humilde opinión a los organismos públicos competentes les va a resultar muy difícil acreditar que un posible perceptor no lo hace, pues, incumbe a la administración la carga de la prueba.

La picaresca no tiene límites y ha de tratarse de evitar.

Honestamente creo que la situación debe ser de carácter transitorio y los poderes públicos deben comenzar ya!, esto es, sin dilaciones, a crear condiciones óptima de empleo y no condenar a un sector de la población a ser personas subsidiadas de por vida. Ello es muy peligroso y provoca la creación de economías sumergidas, para complementar los ingresos.

Hemos de tratar de crear riqueza y no repartir pobreza, porque la pobreza se hereda y a veces somos pobres hasta para pedir.

La aspiración de toda persona debe ser la consecución de un puesto de trabajo que le permita obtener un salario suficiente para vivir con dignidad y no vivir dependiendo de un subsidio que a la larga anula aspiraciones y puede convertir a personas jóvenes válidas en dependientes de una ayuda o subsidio.

En la vida las personas tenemos que movernos por una noble ambición, los conformismos no conducen a nada. Recuerdo la frase de Luis Aragonés "ganar, ganar y volver a ganar ...", era una forma enérgica de entender el futbol.

En nuestra querida España aún queda mucho por hacer en materia de medio ambiente, y para ello baste ver el cauce de los ríos, el estado de suciedad de los montes, pinares, entornos rurales y demás parajes que podemos apreciar en un viaje o desplazamiento por cualquier provincia.

¡Queda mucho por hacer!

Manos a la obra, pues, es tarea de todos y ello generará riqueza y bienestar y no seamos pobres hasta para pedir.

¡Ánimo y a trabajar! Hemos de ser conscientes que si las circunstancias nos llevan a cambiar de actividad hemos de estar preparados para todo.

Las personas tenemos gran capacidad de adaptación y no podemos conformarnos con una renta mínima o subsidio de por vida.

Queda mucho por hacer y hemos de poner manos a la obra y tal vez, sea el momento de volver al campo y crear un trabajo autónomo.

Cada persona ha de tratar de dar respuesta a su situación, lo que no podemos hacer, es permanecer de brazos cruzados, contemplando las estrellas.

Les deseo lo mejor.

Pedro Bécares