Si no lo leo, no lo creo. Llevamos años y más años pidiendo que haya menos políticos, menos cargos de libre designación y que tengan la decencia de rebajarse un poco los sueldos, especialmente en periodos como el actual, tan difícil para miles y miles de españoles y no habló de los que protagonizan las colas del hambre y de la vergüenza, sin que se les haya visto un detalle, un amago, un algo que nos hiciera creer en todos ellos. Ha tenido que ser el Ayuntamiento de Toro, que preside Tomás del Bien, quien se remangara suprimiendo las asignaciones mensuales que perciben los grupos políticos para así destinar esos recursos a reforzar las medidas que se impulsarán para hacer frente a la crisis, la actual y la que se avecina puesto que viviremos varias crisis concatenadas.

La noticia hubiera sido perfecta si se le hubiese añadido algo así como que el alcalde renuncia a una parte de su sueldo. El tanto por ciento que lo decidiera él o la Corporación en pleno. Y como también en el Ayuntamiento toresano hay una edil liberada, y ya sabemos la inquina que nos producen los liberados, pues que también hubiera recortado su salario. La crisis no admite demoras. Son muchas las familias necesitadas, con problemas de todo tipo, a las que hay que ayudar desde las instituciones. No podemos dejarle todos los marrones que la crisis nos ha puesto en el camino a Cáritas. Entre otras cosas porque llegará el día en el que sus recursos sean limitados.

Sé sobradamente que los políticos no están por ceder en materia tal. Se les puede decir de todo sin que se alteren. Pero si se les toca la faltriquera, saltan a la yugular del osado que lo haya insinuado. La ciudad de Toro se ha visto muy tocada y antes de que se hunda hay que intentar reflotarlo todo. A veces se consigue con sacrificios, sólo que los sacrificios se dejan para los de siempre. No estaría mal ver sacrificarse a la clase dirigente. Lamentablemente, siempre hay algo en el 'Reglamento' por el que se rigen para lo que quieren, que no dice nada al respecto y como no dice nada, pues no se hace.

Eso tiene que salir de los adentros, eso tiene que ser una opción personal, de empatía y de solidaridad con los ciudadanos. No vale solo con gobernar bien, hay que compartir, hay que bajar al barro. Cada vez me reafirmo más en el hecho de que se suben al burro de la política para salvar situaciones personales y no para servir a los ciudadanos.