Nos estamos acostumbrando a estar distantes, a estar sin esos abrazos, sin esos saludos e incluso sin esos besos. Son tiempos diferentes, extraños, de soledad, esa soledad de todos, pero sobre todo de nuestros mayores. Son tiempos de leer, de pensar del porqué viene este coronavirus y, por mucho que pensemos no lo vamos a entender.

¿Es una guerra bacteriológica? No sabemos por el momento nada, pero es algo no entendible. Ya nos explicarán y ya nos dirán. Nos ha pillado a contrapie, no nos dimos cuenta de la gravedad que tenía y el tema está ahí. Creo que tenemos que aprender de los fallos, de las imprudencias y de la poca responsabilidad de alguno, pero no seré yo quien falte ni insulte a nadie. A veces no es fácil responder con rotundidad a un tema tan transcendental como éste, que aparte del problema de salud pública, va a acarrear problemas económicos para los empleados, empresas y autónomos. Yo creo que al Gobierno no le tiene que temblar el pulso y lo que haga lo que tenga que hacer.

Llegado a este punto tenemos que remar en la misma dirección, sin importar nada las ideas políticas , ni religiosas, ni personales. Nos afecta por igual a ricos que a pobres, altos o bajos, rubios o morenos, mujeres u hombres. Estamos todos y todas ante un problema de salud pública y este virus nos tiene preocupados, descentrados y desmotivados. Es un enemigo invisible, con mucha fuerza y nos tiene a todos alterados.

No podemos ni debemos dejar que este "bicho" nos gane la batalla , hay que luchar con los medios que tenemos. Hay que dejarse aconsejar por nuestros profesionales: médicos, enfermeros, ayudantes sanitarios y todos los profesionales de la sanidad pública.

No debemos olvidarnos de nuestros policías nacionales, guardias civiles, policías municipales y también del Ejército Español , con sus unidades de tierra, mar y aire.

También son muy importantes en esta lucha los efectivos de bomberos, Protección Civil, ambulancias y los voluntarios de Cruz Roja. Todos nos están dando una lección de amor a esta patria que es España y a todos los españoles.

Los españoles, lógicamente, no podemos hacer otra cosa más que agradecerles el gran trabajo que están haciendo, saliendo a esos balcones, asomándonos a esas ventanas radiantes de felicidad y con mucha emoción. Una emoción que se ve que no es fingida , que se nota que sale de dentro, de dentro de ese. corazón.

Los españoles tenemos ese espíritu de agradecimiento, de solidaridad y de espontaneidad que nos caracteriza y que nos hace no distintos, pero sí diferentes.

Creo que podemos estar contentos de ser como somos, de pensar como pensamos y de decir lo que queremos decir, pero siempre sin faltar y sin insultar.

Quiero felicitar al presidente de la Diputación de Zamora, a Paco Requejo. Está haciendo un gran trabajo y ahora en estos días está demostrando estar a la altura de las circunstancias, informando colaborando y ocupándose del tema. Paco mi reconocimiento , mi respeto y mi agradecimiento. Mi felicitación también a la Junta de Castilla y León .

Pronto nos vendrán los resultados positivos y nos dirán que hemos vencido al virus, a esta pandemia del coronavirus y volveremos a disfrutar de esos besos y abrazos de esos amigos. Esos abrazos que teníamos y no valorábamos y que a partir de ahora vamos a valorar. Esas meriendas, esas risas en los distintos grupos de amigos, esas compañías ... y es que amigos... Sólo se vive una vez. Cuidaos y mucho.