Ignoro si se lo valorarán, no sé si se lo reconocerán, ni siquiera sé si se lo agradecerán como corresponde, lo que sí sé es que si no hubiera sido por ellos, por su tesón, por su sacrificio, por su trabajo impagable nos hubiéramos muerto de hambre. A los agricultores y ganaderos españoles, a nuestros pescadores hay que ponerles un monumento. Su respuesta generosa ante las dificultades que suponían crisis y confinamiento ha sido digna de encomio.

Por eso y por mucho más, todos los zamoranos, todos los españoles estamos en la obligación de corresponderles comprando productos españoles, productos zamoranos. Para ellos no ha habido aplausos, apenas cuatro palabras de aparente gratitud y sanseacabó. Ahora nos toca a los consumidores, nos toca a los ciudadanos, decirles gracias con la compra de lo que esta despensa natural que es Zamora, que es España, produce, regada con el sudor de la frente de pequeños, medianos y grandes empresarios de los distintos sectores.

Por las calles de Zamora se reparten fruterías y verdulerías que sólo venden productos de la tierra. Seamos consecuentes y demos prioridad a lo nuestro, apostemos por lo nuestro porque es también la forma ideal de que el dinero de los zamoranos se quede en Zamora. Consumamos productos, no sólo envasados en España, sino que su origen sea España, que procedan, como el plátano, de Canarias; como los pimientos, de Zamora; como la fruta, de la rica huerta valenciana; como el espárrago, de La Rioja; como el vino, de Toro.

Por favor, busquemos el etiquetado de los productos y comprobemos el origen de los mismos; la judía verde de las huertas de Zamora, tan tiernas, o de Almería. Seamos coherentes a la hora de realizar nuestras compras. Aunque tardemos un poquito más, demos un repasito al etiquetado haciendo la pertinente comprobación. Hay que espabilar y dar prioridad primero a lo nuestro, que es lo de todos, y a todos nos corresponde actuar en consecuencia.

Comprar productos de la tierra, consumir en nuestros bares y restaurantes, adquirir ropa y calzado en nuestras extraordinarias tiendas es la mejor forma de agradecer su sacrificio a todos ellos. En cada producto hay una historia de lucha y también de solidaridad. Hemos contraído con estos y otros sectores una deuda, repito, impagable. Gracias a la labor de los hombres y mujeres de la España vaciada, de la España vacía, hemos comido todos. La España rural es la que ha insuflado vida a la España urbanita. El sector primario ha sido decisivo. Gratitud eterna a los hombres y mujeres del agro zamorano.