He leído con gran tristeza, el artículo publicado por su prestigioso periódico, sobre la Residencia de Fermoselle Conchita Regojo

Siento que las autoridades y el pueblo tan querido por nuestra familia no valore el esfuerzo y buen hacer de los sanitarios, directivos y personal auxiliar de la Residencia

No pido que todos los días salgan a aplaudirles como lo hace el resto de España, que agradece el sacrificio y valentía de estas personas, que exponen cada día su vida, para atender y cuidar a enfermos y ancianos.La Residencia Conchita Regojo es un ejemplo valorado por muchas otras que, desgraciadamente, vieron como la inesperada epidemia les invadía sin compasión a una velocidad que les superaba

Agradecemos la ayuda del Ayuntamiento pero, sinceramente, creo fue poca y tarde siendo el único colectivo de alto riesgo que tenía el pueblo. Lo más eficiente hubiese sido ayudar a la atención de los más graves y apoyasen la solicitud de mascarillas, batas y tests. Fue, amablemente, Ana Pastor la que actuó rápidamente atendiendo la urgente llamada de Rita Marques de Magallanes Rejojo, subdirectora y vocal de la Fundación

Solo les pido un favor: que cuando reciban los informes de Sanidad y de la Unidad Militar de emergencia (UME), donde constan las inspecciones a la Residencia, los publiquen para que todo el pueblo los conozca

Estoy segura que ese pequeño grupo de fermosellanos que infravalora al personal de la Residencia rectifique su actitud y agradezca todo el trabajo realizado en estos dos meses (aislamientos, cambios de mobiliario, atención individualizada, búsqueda de material sanitario, horas extraordinarias, etc) sobre todo el riesgo de perder sus vidas y la atención a los ancianos con cariño y buena disposición.

La Fundación, como la mayoría de los fermosellanos estuvo pendiente de cada uno de los afectados del COVID-19 ayudando en lo que necesitaban en cada momento. Agradecemos, valoramos y admiramos a este gran equipo de profesionales. Gracias

Alejandra Regojo

Presidenta honoraria vocal y expresidenta de la Fundación Conchita Regojo