Los códigos de expresión y las metáforas son implacables: si funcionan para distintas situaciones es que estas son asimilables. Sigamos pues con los de "guerra". Igual que en la guerra fría, quedaremos emparedados entre misiles y antimisiles. La lucha contra los virus exigirá como respuesta el control de los movimientos de los individuos (drones incluidos, sin mucho tardar) y asimismo, detectado un contagio, el rastreo en las redes de sus posiciones y relaciones. Así que antes o después estaremos más monitorizados aún de lo que ya estamos por redes y satélite. Pero también por abajo: se estudia la localización del virus en las cloacas, lo que acabará obligando a seguir la pista, hasta llegar al fondo de cada retrete. Los cuerpos ensartados desde arriba y desde abajo por esos alambres inalámbricos será lo que quede de nosotros. Y esto si hemos sobrevivido al coronavirus.