Nunca como hasta ahora, se había consultado tanto el diccionario de la RAE. Más de 84 millones de visitas, casi tres millones diarios, dan fe del interés que han suscitados en nosotros. Los españoles queremos saber los significados que acompañan a esta nueva realidad que nos está tocando vivir, de ahí que los términos relacionados con la crisis del COVID-19 sean los que más consultas generen.

Términos médicos, términos científicos, palabras específicas, algunas incluso no están presentes todavía en el diccionario, relacionadas con la actualidad más rabiosa han recibido el mayor número de visitas. También las palabras de aliento han buscado un hueco en el interés de los usuarios del diccionario. De todas las palabras que estos días se vienen utilizando, palabras como triaje, asintomático, cuarentena, disnea, pandemia, intubar, confinar, epidemia, hipocondría o pangolín, animal por cierto con el que estoy familiarizada, gracias a los años pasados en Guinea Ecuatorial, de todas las palabras consultadas, que son muchas, me quedo especialmente con una. Se la escuche hace ya unos cuantos años a una gran doctora, Montserrat Chimeno. Me habló, con esa pedagogía que utiliza Montse para hacerse entender cuando camina por su terreno, el de la medicina, de la 'resiliencia' y confieso que me picó el gusanillo. Aquello me sonaba bien, me parecía que tenía que referirse a algo positivo.

Recuerdo que la doctora Chimeno, con esa bondad y esa serenidad que acredita, me habló de la 'Resiliencia' como un potenciador de la felicidad. Me dijo que la psicología habla de la 'resiliencia' como la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas, como la muerte de un ser querido, un accidente, una enfermedad grave, un trauma del tipo que sea. Montserrat Chimeno hizo hincapié en la más que necesaria "capacidad de las personas de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro". Resiliencia. No sé si se trata de una vieja o una nueva palabra. Desgraciadamente el Covid-19 me la ha devuelto, pero la resiliencia ya estaba ahí, ya tuve que echar mano de ella hace ocho años, los hizo el 19 de febrero. La mayoría somos seres resilientes.

Fundamentalmente, este difícil periodo ha servido para resaltar dos palabras que nos competen a todos y cada uno: familia y amigos. Los españoles hemos entrado a valorarlas más que nunca. Valoración que, ojalá, sobrepase los límites de esta cincuentena o lo que quiera que sea este tiempo tan diferente.