La verdad es que llevo muchos años prediciendo la dependencia total de Occidente en el país asiático, y ello basado en la experiencia adquirida en el sector de la compraventa de calzado y su fabricación. Conocí ampliamente el sector desde principios de los años 80 y era un motor productivo que a las localidades medias de las provincias de Alicante, La Rioja, Albacete, Baleares, etc? les fortalecía económica, social y estructuralmente. Había un tejido productivo importantísimo. Y resulta, que lo que la Comunidad Europea lleva años y años sin ver, y que era una realidad palpable, esta Pandemia del Covid19 ha sacado a relucir esa catastrófica desindustrialización de los países de Occidente.

Una mezcla de avaricia, negligencia, complacencia y pereza de nuestros gobernantes a todos los niveles permitió que esto sucediera. Y mientras nos jactábamos de nuestra riqueza, la base industrial se degradó hasta tal extremo que no pudo producir textiles más que para hacer unas simples mascarillas y batas médicas, o incluso como excepción, equipos de alta gama como respiradores.

Hoy, el Occidente debería de sentir no solo miedo (que es lo que nuestros Gobiernos nos están invitando a sentir) sino también una profunda vergüenza por haber exportado todo nuestro conocimiento al Lejano Oriente, asentándonos en vidas de complacencia y dejándonos vulnerables a nosotros mismos y a nuestras, nuevas o futuras, generaciones.

El día del ajuste de cuentas llegará pronto y es evidente que los días de la importación masiva del Lejano Oriente han llegado a su fin. Dos países lideran este "movimiento", Alemania que supo proteger celosamente su base industrial que reconstruyó después de la Segunda Guerra Mundial y Japón, que actualmente ha retirado todas sus bases de fabricación del país vecino.

La lógica no puede ser más simple. Si vamos a sufrir el mayor declive en nuestro nivel de vida desde la Edad Media? ¿quién va a ser el ingenuo que solicite productos fabricados con mano de obra "barata y esclava" de China? ¿Dónde están esas reclamaciones "progre-sindicales" en contra de la explotación laboral de los camaradas chinos? ? O ¿dónde están esos boicot al producto elaborado bajo la trampa de la mano de obra esclava en detrimento del tejido productivo occidental, que por cierto, juega limpio en el desarrollo social y laboral de su productividad? Silencio y consumo, esa ha sido su respuesta. Pues ahora, pocas quejas y a ponerse el mono de trabajo, señoritos. Todo tiene un principio y un final, y espero que esta pandemia nos abra los ojos a los ciudadanos como consumidores y a los políticos como desarrolladores de los proyectos (esto sí que lo veo imposible visto el bajo perfil de la clase política en general) para poner fin a esta locura oriental. No tiene sentido. Con un poco de responsabilidad personal se pueden hacer grandes proyectos, y el primero, es defender a ultranza "lo propio", lo que consideramos nuestro y autóctono y realizado bajo unas normas socialmente dignas.

No se equivoquen. La industria volverá a Europa y a otros países occidentales. Nuestros pueblos no pueden aceptar las indignidades del desempleo y la pobreza. Posiblemente, sea cierto que algunos segmentos de nuestras poblaciones y las nuevas generaciones hayan perdido la ética del trabajo pero la generación actual inmersa en cierres de fábricas y su sustitución por una economía virtual basada en "invisibles" debe de ser reajustada. La prosperidad ya no se puede crear a base de algoritmos informáticos, teletrabajo, etc? Sino por activos y producciones reales. Los "invisibles" han resultado ser el material fino con el que se ha hecho el "mamonazo" del emperador chino su traje de seda como en el famoso cuento de hadas.

Ahora, es urgentemente necesario que la mayor producción posible se realice localmente y que todos los esfuerzos del Gobierno vayan en la plena disposición de poner los escasos recursos en esa línea de trabajo. Basta ya de financiar chiringuitos políticos, de subvenciones a organizaciones empresariales y sindicales, de sueldos a políticos como si fuéramos países "prime", de financiar partidos políticos con dinero público, etc? que solamente nos crea deuda pública y no se ven repercutidos nuestros impuestos en el bien social (trabajo, educación, y hoy más que nunca sanidad). Señores, ajuste de cinturón pero empezando por las grandes partidas.

Paradójicamente, este nuevo arreglo significará que no solo nos despidamos de la dependencia de China sino que, posiblemente, nos enfrentemos ante un nuevo y resurgido Mercado Común Europeo. De ahora en adelante, la producción debe de ser local y de la mejor calidad posible. La colaboración entre los países europeos debe de basarse en la flexibilidad. Si en la actualidad el grito de la Organización Mundial de la Salud (OMD) ha sido "test, test, test", la supervivencia de la economía occidental requeriría "formación, formación y más formación". Una formación laboral realizada profesionalmente y a la antigua pero con procedimientos actuales. Menos "cursitos" puestos en manos de "garitos" para solo persiguen la mamandurria, el buen vino de Toro y el jamón ibérico de Guijuelo. No doy nombres que os tenemos cogida la matricula a casi todos y volveros a citar en este artículo os daría demasiado protagonismo. ¡Basta ya!

Vienen tiempos difíciles pero nada que anteriormente no se haya vivido. Hay un precedente relativamente reciente que es la pandemia de la "Gripe Española" de 1919 que causó una destrucción mayor que la que el Covid19 realizará en nuestros días y, sin embrago, en la década de los años 20 del siglo pasado la economía no solo estaba perfectamente funcionando sino que estaba en claro auge, llegándose a denominar como los "años locos" por la explosión de innovación, producción, trabajo y riqueza. Por todo ello, vamos a poner más atención a los expertos de salud en estos días que trabajan duro por la supervivencia de nuestra civilización y menos protagonismo a los derrotistas. Esta crisis sanitaria la superaremos pero no dejéis a un lado la clarísima llamada de atención.

De ahora en adelante, esto va en serio.