Siempre he sentido preferencia por las víctimas, respecto de los héroes. A estos hay que ofrecerles inmensa gratitud y reconocimiento, pero las víctimas tienen para mí otra dignidad moral, la de los indefensos. Aunque este sea un personaje figurado, habrá muchísimos con su perfil: anciano de ochenta y tantos en razonable buen estado y alojado en una residencia, donde de cuando en cuando lo visita algún familiar. En cuanto al perfil laboral, podría ser: trabajador por cuenta ajena durante, pongamos, cerca de 50 años, cotizando y contribuyendo para mantener y mejorar el llamado Estado del bienestar. La residencia es de pago, aunque también podría ser gratuita con cargo post mortem a su modesta propiedad. Le diagnostican tarde, lo llevan al fin al hospital, ya muy grave, y allí deciden que hay que reservar las UCI y los respiradores para enfermos con otro "perfil". Nadie le acompaña. FIN.