¿Qué no han entendido los que al parecer no han entendido nada, de la urgente necesidad de permanecer en casa para, de esa forma, tratar de mantener a raya al bicho? ¿Cómo es posible que un señor que ha dado positivo en el test, estuviera saliendo todos los días a comprar el pan, hasta que la Policía se vio obligada a intervenir? ¿Cómo es posible que haya personas que con la excusa de sacar al perro, salgan de casa por la mañana y vuelvan por la noche o salgan por la noche y vuelvan por la mañana? Eso está sucediendo todos los días y a todas las horas en Zamora. Fuimos la primera ciudad de España en detener a una persona que se saltó a la torera el confinamiento y tengo para mí que todavía no se ha detenido al último. Hay quienes piensan que está de más recordar la necesidad de permanecer confinados, que sepan los que tachan de alarmistas y otras cuestiones que, a la vista de lo que sucede cada día, nos quedamos cortos.

Me lo contaba Tomás Codesal, mi farmacéutico, cuyo nombre pronuncio con respeto y admiración, en un mensaje que me sonó desesperado. Días pasados, los clientes que se acercaban a su farmacia comentaban que por San Torcuato se veía demasiada gente. Y, Tomás, que es un profesional como la copa de un pino, un hombre prudente y consecuente me recordaba: "Esto no se para si no nos quedamos en casa. Hay muchas personas infectadas que están confinadas en casa para poder curarse. Los que conviven con ellos no deben salir porque no saben si están contagiados. Y los que no están contagiados no deben salir para no contagiarse. Si es muy fácil..." apostillaba Tomás. Lamentablemente hay quienes no lo han entendido así. Por favor, si no quieren hacerlo por los demás, que lo hagan por ellos mismos. Para todos está siendo igual de duro este encierro obligatorio, pero hay que mantenerse firmes.

El mensaje de Tomás Codesal, me sirvió para pensar una vez más en el papel impresionante que están realizando los farmacéuticos de Zamora y de toda España, para los que no ha habido el aplauso unánime ni siquiera de los que tanto les debemos. Cuando el consultorio cierra, siempre queda la farmacia. Es una verdad incuestionable. Nuestros farmacéuticos son, además, nuestros amigos, conocen bien nuestras patologías e incluso nuestros estados de ánimo. En Madrid han tenido que cerrar ya treinta farmacias. Han fallecido ocho profesionales y 270 están en cuarentena. ¿Queremos lo mismo para Zamora? El coronavirus también acecha a los farmacéuticos y si ellos tienen que cerrar, apaga y vámonos.

Hay una verdad inapelable, una verdad que nos compete a todos, sólo podemos vencer al 'bicho' si nos quedamos en casa, si cumplimos a rajatabla todo lo que se nos ha confiado. Hay muchas familias en Zamora que tienen en casa al padre, la madre o el hijo, confinados en un dormitorio, pasándolas canutas, sufriendo lo indecible, con una fiebre y una tos insoportables y están aguantando, están resistiendo. Y lo hacen, en muchos casos, gracias al sabio y prudente consejo del farmacéutico. Seamos responsables. Sé que hay personas que se lo están tomando a chufla, peor para ellos si sólo les afectara a ellos, lo malo es que su irresponsabilidad nos puede afectar a los demás.

La angustia que percibí en el mensaje de Tomás, me tocó la fibra. Este profesional sufre por sus clientes, por todos los zamoranos, porque lleva a Zamora en el alma y nos quiere a todos el día después, sin que fallemos uno solo a la cita con ese abrazo y ese beso que se están haciendo desear. Quiero acercar mi felicitación más sincera, por su enorme labor, a todos los farmacéuticos de Zamora, encarnados hoy en el presidente del Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zamora, Juan Prieto Corpas.