La envidia es la sombra que aprovecha la fortuna ajena para ser palabra que engaña a la verdad. Hay personas tan tremebundas que no dudan en ser frecuencia que impulsa el odio y en ocasiones llegan a aborrecer a lo que aman. En toda asociación dominan los antagonismos, y muchas veces (por envidia) de la noche a la mañana se pasa del amor a la infamia y de la paz a la guerra Así es la vida, un presente guiado por nuestras plataformas mentales, que solo al encontrarse con la muerte encuentra su destino final. Hasta entonces; uy hasta entonces: no para de dar vueltas...

En las cosas de cada día podemos ver la mutación de la maldad. Solo es necesario mover el recuerdo y darle forma de contradicción. Es decir, si lo hacemos, podemos ver que el tiempo (no siempre) desbarata nuestros afectos y los convierte en nada. Los envidiosos son la contradicción que niega y afirma al mismo tiempo... Observen, muchas veces, alrededor de un hecho corriente se puede presentar un arrebato de envidia. Sí, en cualquier lugar hay individuos, que un día te examinan a fondo y al día siguiente te parten las lunas del coche. Y ya puestos a poner ejemplos (sonrío) qué decir de los que por envidia son el ininteligible chisme que sitúa a heterosexuales en un armarios y los llama "maricones" por ser más exitosos que ellos. Y por consiguiente, puestos a poner ejemplos, no puedo olvidar el "misterioso" caso de las muertes y las enfermedades... Qué de veces hemos preguntado por alguien (hagan memoria) y nos han dicho que está muriéndose sin ser verdad. Y así, no hace falta entrar en más descripciones, elaboran los envidiosos su vida: mintiendo, difamando y tratando de joder al prójimo.

La envidia es una forma de admiración. Sus condiciones demuestran que el envidioso ensalza al envidiado. Todo aquello que en cierto modo nos preocupa (directa o indirectamente) nos importa. Por lo tanto (sonrío) los envidiosos son el deseo que no se satisface y se convierte en ruindad. ¿Será que la envidia tiene características románticas? Sí, por lo visto, primero sueña, y al no ver logrado su sueño se frustra. Sirva la experiencia, la nuestra, para tantear el camino y ver que junto a la condición de cercanos, muchas veces se coloca la envidia disfrazada de amistad. Los envidiosos, no lo olviden, nunca aborrecen a la presa; muchos se colocan cerca de ella para así (sonrío) demostrarle su "frenético" amor.

Le voy a tomar prestada una reflexión de Sir Francis Bacon para concluir mi columna de hoy: "La envidia es el gusano roedor del mérito y de la gloria".