Zamora siempre fue tierra de emigrantes. Podemos recordar, por ejemplo, la emigración de sayagueses hacia Cuba y Argentina cuando despuntaba del siglo XX. O la emigración de los años 60 y 70 a Alemania y también en España, los zamoranos nos fuimos a Madrid, País Vasco y Barcelona. Quien no ha oído aquello de "todos los taxistas de Barcelona son zamoranos". Y, desgraciadamente, en los últimos años asistimos a la emigración de nuestros jóvenes tanto al extranjero como a otras ciudades españolas donde encuentran más y mejores trabajos.

La primera y la segunda emigración tenían algo en común, se trataba de ciudadanos con bajo nivel formativo pero con un ánimo inquebrantable de trabajo. Muchos zamoranos emigrantes se especializaban y encontraban la forma de trabajar y aprender un oficio.

Pero entre la primera y la segunda emigración hubo una diferencia importante. La primera, quizá motivada por las dificultades de transporte de la época, fue una emigración sin retorno, para no volver. Mientras que la segunda sí tuvo retorno, y los que protagonizaron su propio "vente a Alemania Pepe" acabaron volviendo, algunos cuando se jubilaron y otros, antes.

Hoy asistimos a una emigración distinta. Distinta porque los que emigran sí están cualificados, muy cualificados, y son eminentes licenciados o graduados que por la falta de oportunidades en el mercado laboral para "meter la cabeza" en aquello en lo que han estudiado, o por las diferencias retributivas, buscan "hacer las américas" en otro destino que no es nuestra tierra. Ese es el emigrante zamorano de estos años 20. Pero ahora, queda por resolver si nuestros cualificados jóvenes van a volver o no.

En ambas variables debe invertir esfuerzos la Junta, y por lo tanto el diseño de políticas del Partido Popular y Ciudadanos. Cierto es que los caminos están trazados, (aunque tenemos mucho trabajo por delante) que no son otros que la creación de un entorno económico que propicie el establecimiento de empresas que a su vez demanden empleos de calidad en los que nuestros chicos y chicas puedan desarrollar sus proyectos de vida. Pero también debe apoyarse el retorno del talento y por eso la Junta de Castilla y León en el año 2019 aprobó una importante batería de medidas para el retorno del talento partiendo de líneas de ayudas específicas para el empleo, puesto que el empleo es una herramienta clave para el anclaje del talento.

Castilla y León tiene como prioridad el empleo y emancipación de los jóvenes con subvenciones específicas al emprendimiento y contratación indefinida y para su cumplimento la Junta ha aprobado ya el PAPECYL 2020, que incluye incentivos a esta contratación y emplea talento.

Es el momento de ir más allá de los análisis, que ya están hechos, porque términos como globalización y deslocalización deben convertirse ahora en las razones del retorno. Si bien la globalización ha podido resultar negativa para las empresas del sector primario de nuestra provincia por la introducción de productos agroalimentarios de cualquier parte del mundo frente a los que nuestros productos poco pueden competir en precio, sin embargo sí pueden competir en calidad y aportar mayor valor añadido.

Y si tenemos que evitar que nuestros jóvenes se vayan, tenemos que apostar por políticas de apoyo al emprendimiento, como son las oficinas del emprendedor ICE o las ayudas autonómicas al autoempleo o la lanzadera financiera o la aceleradora de empresas o la oficina de retorno de la Junta de Castilla y León, por citar tan sólo algunas de las medidas en las que nuestro Presidente, Alfonso Fernández Mañueco trabaja, como parte de sus compromisos continuados. Debemos apostar por medidas sólidas, reales, garantistas y efectivas.

Porque cayendo en el pesimismo, no lograremos nada para Zamora, porque la visión negativa de nuestra tierra no beneficia a nadie. Sin triunfalismos, tenemos que trabajar sin desfallecer para que nuestros jóvenes no tengan que irse de Zamora. No debemos perder un minuto más en lamentarnos y continuar haciendo esfuerzos para no ver marchar a nuestros hijos, porque "Basta con dejar de creer un solo segundo para que el sueño se rompa en mil pedazos" (Marc Levy).

(*) Procuradora del PP en las Cortes de Castilla y León